lunes, 3 de mayo de 2010

RECREACIÓN LITERARIA (II)

RECAPITULANDO...

1) Creo que en los ciento veinticuatro comentarios de la entrada anterior ha quedado definida la Literatura como arte y ciencia. No obstante, aún tenemos mucho programa pendiente. Seguro que hay escritores y lectores, con nombres y apellidos, dispuestos a compartir opiniones y conceptos particulares que nos enriquecerán a todos.

2) Han sido escasas las intervenciones sobre la conveniencia de la crítica en los blogs. Sólo Mari Carmen Azcona y yo mismo nos hemos pronunciado a favor de esta práctica.

3) Se han perfilado, casi sólo sugerido, algunos principios y fines de la Literatura:

  • Por qué y cómo surge la creación literaria.
  • Qué relación tiene con la historia. Influencias.
  • Qué utilidades ofrece a estudiosos y lectores, como destinatarios y transmisores de la cultura.

Esos son los temas propuestos para desarrollar en la tertulia que sigue. ¿Quién empieza?

73 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Te juro que no quería hacerlo...empezar...pero es que mañana tengo menos tiempo y la noche me incita. No voy a entrar en el fondo, en todo lo que propones, que me parece del máximo interès - tanto que voy a dejar a Heráclito en mi blog en segundo plano - pero si en las bases y como planteas la entrada, superando ya temas concretos y particulares. Me parece muy importante que en la blogsfera, además de mostrar nuestros poemas, narraciones o creaciones en particular, demostremos cual es el oficio al que aspiramos. Y compartamos con los demás todo aquello concerniente a ese oficio. El oficio de escritor no lo da, ya lo hablamos, el vivir de ello, sino el sentir la escritura como algo consustancial a nuestra vida, a nuestro modo de ser, de interactuar con el mundo, de comunicarnos. Y lo que planteas es un sistema operativo para que nos pronunciemos, indaguemos, aportemos visiones y opiniones sobre la materia objeto de nuestro trabajo. Eso es muy valorable. Y a mi me interesa. Por eso lucho en este frente. Porque sepamos y aprendamos más todos, yo el primero. Porque me interesa y me importa no sólo saber quienes sois ( lo mostrais con vuestras creaciones ) sino como veis este camino de trabajo, de reflexión, de intento de afirmación personal y colectiva que es la escritura. Quiero conocer la tierra en la que crece y se abona lo que escribimos. Y esa tierra es el pensamiento, la cultura. De cultura tratamos y por ello doy la bienvenida a tu planteamiento, Alex. No sólo estamos en la ventana, hay que ponerse también en los cimientos de la casa.
Un abrazo...y gracias por tu entrada y aportación.

Jesús Arroyo dijo...

Respondo a tu primera cuestión con un breve poema y siempre con tu permiso, Alejandro:

"Respuestas sobre una cuartilla"

Me preguntas motivos, por qué escribo, // por qué sueño agarrado a lapiceros... // para no ahogarme bajo papeles vacíos // te respondo con este pasado verso. // Pero hay más, // mucho más resumido en un refugio; // por amor, siempre encarcelado, // por ayer de mostaza, sal y vino, // por batallas vencidas de antemano, // pero, ante todo, // por acompañar a esta soledad de los poetas // madre de las letras compasivas.

Alejandro dijo...

No hay que temer, querido Emilio, ser el primero. En Literatura el que pieza un tema lo tiene más fácil: no ha de estar pendiente de la espada de la originalidad. Eso será problema de los que vengan después, que tendrán que cuidar su ingenio y leer todo lo escrito para no repetir. Aún así, siendo el primero, después de tanto como se ha dicho y tanto como se sabe de Literatura, no es fácil aportar algo nuevo, algo que no hayamos aprendido antes. Por eso creo que en esta entrada, como en otras de tertulia y ensayo, lo mejor es partir de experiencias personales, de la relación que cada uno mantiene con el arte literario: qué nos exige y qué nos damos en esa práctica. Si escritor es quien escribe, sin atenerse al rigor del oficio como profesión, siente la necesidad de decirse a si mismo lo que otros no dicen ni escuchan. Pero también el escritor tendrá la necesidad de decir lo que siente, si considera que con eso puede emocionar a los demás, aunque los demás no estén. Así, con estas reflexiones tan elementales, parace que estamos de acuerdo en que la Literatura es un medio de comunicarnos con los demás, pero también de comunicarnos con nosotros mismos.

Manuel dijo...

¡Ese es mi Jesús!... Oye: que maravilla...

Alejandro dijo...

Jesús, pues claro que cuentas con mi permiso, faltraría más. Estás en tu casa.

Como buen poeta que eres, capaz de pintar con palabras las imágenes, las esencias del porqué de las cosas, nos has sintetizado de forma extraordinaria tu sentir y tus motivos para escribir y comunicarte, librándote de la soledad que, dices, embarga a los poetas.

Muy original. Gracias.

Alejandro dijo...

Maravilloso, Manuel, claro que sí. Acabo de decírselo. Gracias por venir.

Anónimo dijo...

Alejandro, me gusta que abras tertulias en tu blog sobre la literatura. Es muy bueno tener un sitio web de un amigo donde hablar de letras. Para mí, como no tengo ninguna aspiración literaria, esto es una bendición. Gracias a lo que escribo me convierto de la noche a la mañana en una reina, pero una reina de las que gobiernan el mundo, no la de un país en crisis. El día que veo que la cartilla anda floja, me convierto en la dama más rica del mundo. Qué felicidad, majo. ¿Pero sabes lo peor? Que llega fin de mes y tengo que devolver todo lo que me puse a mi nombre en la ficción y vuelvo a ser la misma escasa mileurista de siempre. Eso es para mí la literatura: una ilusión, que si bien no arregla la vida, la alegra un rato. Quería hablarte de la crítica pero lo haré otro día, para no cansar.
Besos,
Ana María

Alejandro dijo...

Ana Maria, me alegra tu visita. Bien lo sabes. Hemos venido hablando de las utilidades de la Literatura y lo que supone para cada uno. Veo que para tí es como un juego, como una caja de lápices de colores con los que pintas la vida de "color rosa". Tienes que contarme más despacio cómo, en esos momentos en los que pasas necesidades económinas, eres capaz de olvidar todo y concentrarte en la escritura. Puedo entender que es para tí una evasión, pero ¿hasta ese punto? ¿Hasta olvidarte de todo? Claro, si, tiene que ser terrible dejar de ser reina y convertirte en cenicienta. Conociéndote, seguroque te ríes hasta de tu sombra en los caminos del trance... Gracias por venir.

Besos

Anónimo dijo...

Me atrevo ahora que veo los ánimos tranquilos y parece que hay paz y buen rollo. No me gusta tener que pedir perdón por no estar de acuerdo con alguien o que alguien deba hacerlo por no estar de acuerdo conmigo.
Estoy de acuerdo con lo que dice Ana Maria: La literatura sirve para crear la vida que nos gustaría vivir, aunque pienso que hay que tener cuidado: no debemos idealizar las cosas que nos gustan y después sentir la decepción de la realidad carente. Está bien inventar historias y está bien no olvidar que lo inventado solo es eso, pura mentira. Si no vivimos de escribir, es mejor no hacer de la literatura sangre propia, y sí considerarla como un mero entretenimiento. Es mi opinión, amigo Alejandro.

Saludos cordiales.

Yolanda Barcarolo

Mari Carmen Azkona dijo...

Con mi dilatada experiencia en esto de la escritura...Creo que va ha hacer un año, poco puedo aportar.

¿Por qué escribimos?
¿Es esa la pregunta exacta que debemos hacernos?
¿ Acaso hay alguna razón que no nos incite a hacerlo?
Yo comencé, ya lo he dicho, como una evasión ante una dolorosa realidad. Pero ahora, cualquier “excusa” es buena para hacerlo.
Porque estoy triste, contenta, enfadada...Porque me gusta soñar, porque me gusta pensar, porque me gusta fotografiar la realidad con palabras, porque quiero guardar recuerdos, porque me gusta encontrarme con vosotros....y sobre todo porque libre de etiquetas, maquillajes, prejuicios...
puedo ser yo.

Besos y abrazos a todos.

Manuel dijo...

Os propongo una reflexión sobre lo que dice Mª Carmen: ¿Por qué escribimos?.

La Historia siempre nos deja respuestas claras. De modo privado, cada uno de nosotros, hará un recorrido por la Historia: el que su propia mente le dicte y en el entorno histórico que crea conveniente.

Luego - esto es una sugerencia - dejará esa reflexión aqui, en el blog de Alex.

Estoy seguro de que llegaremos a una conclusión común para explicar por qué escribimos. Personalmente creo que hay una razón mucho más allá de la estética o la cultura.

Una razón mágica.

Alejandro dijo...

Estimada Yolanda, me ha gustado eso de que "Si no vivimos de escribir, es mejor no hacer de la literatura sangre propia, y sí considerarla como un mero entretenimiento". No deja de ser tu opinión,respetable a todas luces. Creo que habrá otros matices que irán saliendo poco a poco. Aunque apartemos de nosotros la Literatura, el Arte de Escribir, como profesión que nos permita vivir, cada cual tendrá su forma particular de concebirla, más allá o más acá del "mero entretenimiento". Creo que aunque no vivamos de escribir, podemos sentirnos comprometidos con nuestra forma de pensar, o con las posibilidades que tenemos de aportar algo -aunque sea denunciando- a los demás a través de la comunicación escrita. Esa puede ser una respuesta a la pregunta ¿Por qué escribimos? Ya sé que alguien puede considerar esto como una petulancia, pero sé hay "atrevidos" que lo hacen. Y, en muchos casos, se atreve más que el que cobra un sueldo por llenar una columna diaria en cualquier medio, con frecuencia dirigida, sin estética ni sentimiento.

Sabes que siempre eres bien recibida, Yolanda. Puedes participar cuando que quieras. Esta es tu casa.

Besos

Alejandro dijo...

Querida Mari Carmen, sabes que me gustan tus intervenciones. Son claras y directas. ¡Ah! una cosa, ¿crees que por llevar sólo un año escribiendo puedes aportar poco? Nada de eso, aportas mucho y comunicas bien. Esa es una de las premisas de la Literatura. Así que... ¡adelante!

Siempre hay un antes y un después. Tu momento fue ése que nos cuentas, pero pudo ser otro. Tu don lo llevabas dentro, iba contigo, y salió en tu ayuda ante un conflicto de dolor, y te ayudó y se convirtió en ese rasgo de tu carácter que ahora utilizas, con éxito, para ver y encarar la vida, lo bueno y lo que no te gusta de ella, para agradecer una alegría al destino de la realidad o para firmar una queja existencial.

Son muy sugerentes y están llenos de porpuestas los motivos por los que escribes, Mari Carmen. Los copio por servirnos a todos de reflexión: "Porque estoy triste, contenta, enfadada...Porque me gusta soñar, porque me gusta pensar, porque me gusta fotografiar la realidad con palabras, porque quiero guardar recuerdos, porque me gusta encontrarme con vosotros....y sobre todo porque libre de etiquetas, maquillajes, prejuicios... puedo ser yo".

Una maravilla, Mari Carmen, eso que dices. Aunque lo hayas descubierto ahora, son sentimientos que viven en tí desde que tienes uno de razón.

Muchos besos.

Alejandro dijo...

Estoy de acuerdo, Manuel, la Historia (aunque ahora descubramos que muchos historiadores son cuentistas de ficción) siempre nos deja respuestas claras a cualquier interrogante que nos surja sobre el pasado y su cultura. Todo eso que es Historia está en los libros, por suerte, a nuestro alcance. No tendría mucho sentido esta tertulia si nos limitáramos a repetir lo que otros ya han escrito, aunque debamos saberlo, reflexionar sobre ello y tomarlo como referencia. Creo que la riqueza está en nuestras opiniones personales -como muy bien apuntas-, en las experiencias propias y en la emoción que producen en nosotros las sensaciones percibidas en la historia propia.

Me parece bien la sugerencia que nos haces de reflexionar y seguir expresando los motivos que nos incitan a escribir, como ya lo hizo Emilio, con todo su oficio, en el primer comentario, secundado por todos los demás. Gracias, Manuel.

No sé si, como dices, "...llegaremos a una conclusión común para explicar por qué escribimos", sería demasiada coincidencia, pues cada uno escribiremos por motivos diferentes aunque haya muchos que sean comunes. Pero sí que estoy de acuerdo contigo en que nuestras razones van mucho más allá de la estética y la cultura. En mi opinión, que podrá ser rebatida, todos escribimos porque a ello nos lleva una necesidad, algo íntimo que nos puede. Y eso no es dictado de cultura ni del sentido de la belleza, aunque sí, no hay ninguna duda, los conocimientos ayuden a ello. Recordemos lo que ya se ha dicho aquí: "Escribir es sentir".

Gracias por venir, Manuel; te has merecido otro abrazo de los grandes.

Anónimo dijo...

Creo que Mari Carmen no ha expresado correctamente el tema de que lleva un año escribiendo, salvo que esté todavía en clase primaria en la escuela, lo que, evidentemente no es el caso. Yo creo que lleva un año publicando. Publicando en la red, que es publicar, no os quepa duda. Esto trae a colación otro tema de interés: escribir y publicar. Lo dejo ahí para más adelante.

David Nihalat

Anónimo dijo...

"Escribimos para afirmar y conformar nuestro territorio"

Port

Emilio Porta dijo...

Tu propuesta, Alejandro, que Manuel refrenda y hace suya, nos sumerge en el más apasionante debate que pueda surgir para todos nosotros, los que salimos de nosotros mismos a través de la palabra escrita, los que creemos que la escritura es nuestra principal forma de comunicación con el exterior y el modo más sencillo de reflexionar, de mirar el interior. Para mí, el papel y ahora la pantalla, son siempre un espejo.
Escribir consiste en dejar que se refleje en él, a través de palabras ordenadas, asumidas, con precisión, forma y contenido, el universo al que pertenecemos y el que nos pertenece, la realidad que somos o soñamos, el mundo que miramos, por dentro y por fuera.
Lo que se resume en la frase que siempre comento. Para el escritor, el verdadero escritor, escribir es ser.

Port

Emilio Porta dijo...

"Escribir es ser"

Escribir es, para el escritor, la totalidad, su principal seña de identidad, por eso es ser. Entiendo que, en este caso, nos referimos a la existencia como diferenciación individual, a la afirmación del "yo", que no a la implantación y transmisión de una superestructura de funcionamiento superflua (e incócomoda para los otros) como es el ego, con todas sus connotaciones negativas. Por eso no estoy de acuerdo en la frase "escribir es sentir" puesto que sentir sentimos todos y escribir - sobre todo bien - no todos. Que escribir no es sentir, querido Alex, lo demuestra que sienten incluso los animales, y por supuesto muchas personas que no pueden - desgraciadamente - utilizar el lenguaje escrito por falta de instrucción básica. Y, además, sobre todo en Poesía, como han señalado Enrique Gracia y Garcia Marqina en mi blog, y yo mismo, en el debate sobre ese tema, porque la idea de que "sentir" es el poema ha llevado a la Poesía como género literario, en algunos llamados escritores, a cotas ínfimas. Esas personas - por otro lado, algunas excelentes personas - han pensado que la mera expresión de sentimientos, sin el conocimiento adecuado de las formas de expresión literaria, basta para hacer el poema. Sinceramente, creo que no es así. Ruego que no se entienda como una postura elitista, los que me conoceis sabeis que no es mi modo de ser, sino una puntualización necesaria sobre lo que es Literatura, en general, y lo que no. Y entiendo que, cuando estamos hablando de "escribir" nos referimos al hecho literario, no al verbo referido a una mecánica.

Port

Anónimo dijo...

Me parece genial la propuesta de Manuel. Va a dar mucho de sí. Y muy interesante la puntualización de Emilio y Port ( son el mismo, supongo, firmando una vez de una forma y otra de otra ) y, por supuesto, lo que es fantástico es todo el planteamiento hecho por ti Alejandro. Vamos a tener que dejar la merlucita de Bermeo y el "txacolí" ( chacolí, como decís en el resto del Estado y tu escribías ) para más adelante porque este debate promete. Yo que si que soy una aficionada diré que escribo para no perderme, para no perder mi propia historia pues la memoria fisica el frágil. Y me ha gustado mucho eso de la "afirmación del yo" entre los demás. Yo añadiría: y, al publicar (aún como se ha dicho, en la red) también "con los demás".

Ana Aguirre

Alejandro dijo...

Vale, querido Emilio, a lo mejor tienes toda la razón, pero esta vez no te la voy a dar en la medida en que tú la quieres sobre el escribir y el sentir. Tampoco seré voy a pedir disculpas en esta ocasión por no coincidir con vosotros, los grandes pensadores. Claro que a lo mejor da igual que digamos que sois vosotros los que no coincidís conmigo. No sé. No pienso tan allá. Y no voy a enmendar nada de lo dicho porque tengo claro lo que he escrito. Y lo que he escrito es que "escribir es sentir" y lo mantengo por muchas vueltas que déis al asunto los más leídos y por muchas noches que os paséis en Éfeso tomando copas con los filósofos. Podéis sentir o no, escribir o confeccionar bodoques con palabras, me da igual. Yo, cuando escribo, siento. Si lo que escribo no lo siento, siento que no estoy haciendo Literatura, sino el informe de la declaración de la renta o la reclamación de unas comisiones que me ha cobrado el banco a traición. Eso también lo siento, sí, pero no estéticamente. Ya sé que los gatos sienten (no sé si como yo, no me lo han dicho), pero ellos no escriben. Yo, sí. Y siento. Necesito sentir para escribir. No sé si hablamos de lo mismo, querido Emilio. Quizá no. Suele pasar: cuando unos disertan sobre las formas que hay de coger el rábano por las hojas, otros hablan de cómo se capan los grillos en las noches de luna llena. ¡Hablar por hablar!

Emilio Porta dijo...

Brevemente, porque como siempre que paso por el ordenador, lo hago cuando me estoy yendo...pero tengo que contestarte, querido Alex. Esta vez no te has leído bien mi comentario. Claro que el escritor siente cuando escribe. Faltaría más. Y yo, pues claro que siento. Antes que nada permíteme desmontar algo que se cae por su peso y que es la dicotomía y divergencia comunmente aceptada entre pensar y sentir, la idea de que, por un lado se siente y por otro se piensa.
Pensamiento y emoción van siempre unidos. No se piensa "asépticamente". Y no "se siente" sin pensar en nada. Son dos cosas absolutamente mezcladas y que una no se puede dar sin la otra. Pero cuando yo digo que sentir no es escribir...me ratifico. Sentir es sentir, pensar es pensar y escribir es escribir. Dice Enrique Gracia que cuando alguien le comenta "he escrito un poema muy sentido" de momento se "mosquea" un poco. Me explico y le explico: un poema es una pieza literaria escrita o creada oralmente ( si se memoriza, es un medio válido de existencia y transmisión) que se compone con un instrumento que es el lenguaje. Eso es literariamente un poema. No es una sensación, ni un sentimiento, ni nada de esas cosas. Un sentimiento puede dar lugar a un poema. Un pensamiento, también. Un suceso, también. Incluso una historia, como las andanzas de Don Rodrigo Diaz de Vivar, "Mio Cid" en el Cantar.
No es un tema filosófico, Alex, es un tema semántico. Escribir no es sentir. Lo cojas por donde lo cojas. Y te pido que te leas mi comentario anterior con la máxima atención, ya que, aunque ahora lo refuerzo, explico mi postura con mucha claridad.
Dicho esto, me encanta debatir. Si es con un amigo, más. Que es nuestro caso. Y me encanta que mi amigo y gran escritor sienta al escribir. Como te digo, yo también.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

O sea que lo que quereís decir ambos es que el escritor siente cuando escribe...pero que sentir solamente no es escribir. Pues vaya. Para ese viaje no hace falta alforjas.

Nihalat

Mari Carmen Azkona dijo...

Por alusiones quisiera hacer un comentario a David.

Por supuesto que no estoy en primaria, hace mucho de ello, pero tras leer tu comentario quizás la pregunta que haya que hacer es de qué hablamos cuando nos referimos a escribir.
Hace tiempo que sé distinguir los fonemas y juntarlos en morfemas. Aprendí a unir sílabas para crear palabras y con ellas formar frases que quizás acaben conformando un texto, una lista de la compra...o cumplimentando la declaración de la renta.
Cuando hablo de escribir me refiero a literariamente, yo por lo menos hago ésa distinción, quizás tú no.
Te recomiendo que leas el comentario de Emilio en el que dice: “Y entiendo que, cuando estamos hablando de "escribir" nos referimos al hecho literario, no al verbo referido a una mecánica.”

En lo que sí estoy de acuerdo contigo es que no es lo mismo escribir que publicar...y por supuesto publicar no significa hacerlo en papel. Todo lo que dejamos escrito en la red, tanto en las entradas como en los comentarios, para mi, es publicarlo. Pero como bién dices, este tema de interés lo dejamos para más adelante.

Besos y abrazos.

Alejandro Pérez García dijo...

Querida Ana, no vamos a dejar para más adelante esas cocochas regadas con un chacolí, por muy caliente que se ponga esto. Como ves aquí gusta mucho llevar la contraria, aunque al final todos estamos de acuerdo. Si alguien habla de verde, ya vendrá otro que dirá que sí, pero que no, porque es poco pálido esto que aquello. Así que, tranqui, que esa tertulia contigo no me la pierdo yo aunque tenga que leerme a todos los presocráticos en un rato. Cosas más difíciles. Sique ahí y no nos pierdas de vista. Lo pasarás bien.

Besos

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Querido Alex y comentaristas.
Aún no he podido leer toda la entrada y sus comentarios. Prometo hacerlo.
Pero, ya que me entero de que Emilio me cita, comento brevemente por alusiones.
Decía Bécquer: "Cuando siento no escribo".
Lógicamente, es imposible separar los sentimientos de cualquier actividad humana, incluida la literatura por supuesto. A lo que se refiere el maestro sevillano es a la inconveniencia de escribir en el momento en que los sentimientos están en efervescencia. Porque los resultados de la literatura movida por la exaltación del ánimo suelen ser desastrosos. Puede anotarse, conservar la impronta pero es mejor dejar para luego, cuando el reposo lo permita, el plasmar aquello que se sintió. De esa manera la herramienta palabra y su motor, la inteligencia, responderán más a la necesidad creadora.
Sé que algunos, como mi amiga Mila dirán que no están muy de acuerdo pero si Bécquer lo decía por algo será. ¿O también él era tan bruto como yo?
El ejemplo lo tenemos en los momentos de sentimiento más exaltados; por ejemplo: Uno no debe escribir un poema a su padre en el momento en este acaba de morir. Eso es para sentir. Luego, pasada la sensación primaria suficientemente, podrá acometer si quiere un poema que no esté impulsado por la inmediatez.
La literatura es asunto de razón y los sentimientos suelen tener muy poco de razonamiento.
Eso sí, siempre habrá sentimientos tras el escritor (tras cualquiera) pero controlados por la mano del oficio, la inteligencia, la memoria más o menos asertiva, la información secundaria, etc.
O más o menos.
Abrazos.
Enrique

Alejandro Pérez García dijo...

Emilio, ¿qué pasa, os ponéis todos de acuerdo para castigarme a la misma hora? ¡Qué condena!

He leído con atención tu entrada anterior, claro que sí, ( y no me obligues a hacerlo más veces porque no tengo tiempo para tanto. Menos mal que eres breve, puñetero) y la mía también. Ni quito ni pongo rey en ninguna de las dos. Como dices, todo es cuestión de semántica, de significados y significantes. Naturalmente que escribir es escribir y no es tirar piedras a los tejados, y sentir es sentir y no es subir al Himalaya.

Has dicho: "...cuando yo digo que sentir no es escribir...me ratifico. Sentir es sentir, pensar es pensar y escribir es escribir".
Ratificando eso, también afirmarás que escribir es escribir y ser es ser ¿no? Pues mira, tu amigo David (no me cabe duda que influido por ti) el día 19-4 a las 18:49, comentando en la entrada anterior de este mismo blog, refiriéndose a tí, escribió: "escribir es ser", y tú mismo el día 21-4 a las 4:47 dices textualmente:"... para nosotros, escribir, es ser". Hoy lo has vuelto a repetir.

A ver si somos coherentes y yo me aclaro: O sea, escribir es cribir y no es sentir, pero "escribir sí que es ser". Entoncer ser no es ser, es escribir. ¡Qué lio! Explícamelo, por favor, pero con claridad, que eso, LA CLARIDAD, también es una cualidad literaria. Y no me enredes con galimatias (galimatías para mí ¡eh!, quizá para tí no)como este, que también es tuyo, de hoy: "Escribir es, para el escritor, la totalidad, su principal seña de identidad, por eso es ser". Te recuerdo que los animales son, pero no escriben.

Yo también me ratifico: cuando escribo siento, aunque no siempre que siento escribo. No llego a tanto.

Una cosa más, no he confundido conceptos filosóficos con semánticos. Si me referí a los primeros, es porque sé que tú andas con ellos siempre; si hoy no los has citado todavía, tiempo tendrás, que la noche es larga.

Y otra, la última. Me alegra que te haya gustado la propuesta: ¿Por qué escribimos?. Pero tú, hasta ahora, no nos lo has dicho. Cuéntanoslo, anda, pero antes explícame lo que no entiendo.

Y ¿sabes una cosa?, a mi también me está gustando esto de las tertulias, aunque, la verdad, no sé si sirven para mucho.

Un abrazo, como siempre; y, como siempre, aquí sigo esperándote en la pelea, aun sabiendo que voy a perder.

Alejandro Pérez García dijo...

Querido Enrique, me quedan muchas respuestas pendientes, pero te he puesto el primero en la lista. Perfecta la explicación que nos das aclarándonos que cuando se siente no se escribe. Completamente de acuerdo y te agradezco la aclaración que haces y cuanto explicas al respecto.

Tu intervención, valiosa como todas, está referida a la compatibilidad de tiempos y actos. No se pueden hacer dos cosas a la vez. Cierto. Lo que hagamos (escribamos) será el resultado de un sentimiento anterior. Perfecto.

Pero todo eso, amigo Enrique no nos da ni nos quita la razón a lo también estábamos discutiendo: "Escribir es sentir". Tiempo habrá para el consenso.

Recibe un abrazo, con todo mi agradecimiento.

Alejandro

Alejandro Pérez García dijo...

Perfecto David. Lo has bordado. Acabas de darnos una lección de precisión. Si señor. Tanto tiempo discutiendo para que tú, ¡hala!, en dos palabras nos pongas de acuerdo. Después de esto y de lo que ha dicho el maestro Enrique Gracia, mejor que calle, nos callemos, y nos vayamos contigo a disfrutar de esa tierra maravillosa. No sé Emilio y Manuel, pero sabes que yo he aceptado tu amable invitación.

Un abrazo fuerte.

Alejandro

Alejandro Pérez García dijo...

Querida Mari Carmen, me alegro volver a verte por aquí, más si es para aclarar lo que David no entendió como tú pretendías.

En esta tertulia y en este blog, cuando se habla de escribir se habla de hacerlo con lenguaje literario, observando sus cualidades: claridad, propiedad, fuerza expresiva, corrección gramatical, fecundidad expresiva, pureza del lenguaje, etc., etc.

Me alegra que saques a la palestra el binomio escribir / publicar. Es tema para otra tertulia aparte, pero ello no me impedirá decir que coincido contigo en lo que entiendes por publicar. Al margen de los matices legales, publicar es exponer nuestros pensamientos y opiniones en los blogs, tanto en las entradas abiertas como en los comentarios, que son abiertos también. En cuanto a lo que escribimos y leemos en los comentarios de los blogs, en los nuestros y en los de otros amigos y escritores, me atrevo a dudar si tienen la calidad literaria que esperamos. A veces, llevados por las prisas y la inmediatez del comentario/respuesta, podemos caer en defecto. Pero esto, como decimos, es materia para otro capítulo.

Muchos besos

Alicia Uriarte dijo...

Alejandro, yo voy a intentar explicar de una forma muy simple que es escribir y por qué escribimos.

Yo entiendo que escribir es establecer una relación de amor muy intima con la Literatura. Y unas veces surge y otras no. Como en cualquier relación hay unos acuerdos con respecto al compañero. Al igual que en las parejas, cuando se cierra una puerta, la relación puede expresarse de muchas formas y todas satisfactorias. Creo que parte de lo que he podido leer anteriormente y que a priori parece que son desacuerdos, no lo son realmente. Cada uno busca en la Literatura una relación ideal y los caminos pueden ser muy distintos. Queremos sacar lo mejor de la relación disfrutando plenamente y al máximo de ella. Yo creo que la Literatura es muy complaciente, nos da mucho. Sin embargo puede llegar a ser muy absorbente y celosa y si nos descuidamos un poco nos puede llegar a aislar de la realidad.

Con respecto al porqué escribimos, pienso que es debido a que sentimos una sensación placentera. Si de esa relación somos capaces de engendrar algo creativo y bello lo mostramos al mundo como quien va orgulloso con su bebé recién nacido en brazos. Sin controlar el subconsciente, agradecemos el halago de las personas que consideramos valiosas para nosotros. Si nos critican, en general no lo aceptamos bien. Es como si nos dijesen que nuestra criatura es fea.

Alejandro, pasamos del pescado al postre. Esta vez tarta de coco.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Alejandro, me está gustando todo lo que comentais y como te defiendes, aunque hay cosas que no acabo de comprender. No hace falta escribir mucho, basta con superar la dificultad de expresarlo fácil. Tu mismo creo que se lo pedias a alguien, que te lo explicara con claridad, le decias. Así y con la profundidad de los matices que tratáis no es facil seguiros. Nos animas a que entremos y pongamos nuestros comentarios, pero entiéndelo, bastante es el estrés de todo el día.

Ya que estoy aquí, permíteme unas observaciones:

a)Creo que estais explicando ¿Por qué escribis? Todavía tu no lo has dicho, o es que como contestas a todos no puedes pronunciarte. No se como son estas normas.

b)Disfruté con el cuento que pusiste, el primero, que luego cambiaste por el otro mas corto, que se leia antes pero me enganchó mas el primero, me atrapo desde el principio. Y me gusto mucho el final porque me encanto ver al chico fregando y con los niños. Para una alegria que nos das… En el segundo nos privaste de ese placer. No te lo perdono. Y no te perdonaré nunca que quites un cuento tuyo solo porque a alguien no le guste. Otros dijeron que sí que les gusto, pero hiciste caso a los del no. Y ahora vas y pones una paparrucha diciendo que ¡al desguace! Pues yo le quiero, me gusta, el primero, eh. Mira lo que has ganado, enfrentarte a los del bando que estaba a tu favor.

Arreglado vas a estar si tienes que quitar lo que a alguien no le gusta.

Besos grandes

Aida

Anónimo dijo...

Queridos amigos todos: Vaya nivelazo. El primero el tuyo, Alex. Hay que tenerlos muy bien puestos y ser un escritor de distancias cortas - y largas - de primera...para hacerse con todos nosotros...y con este corral alborotado. Vaya, vaya...lo importante no es tener razón...sino mantener razones o cambiarlas, según venga al caso.
Enrique entra con todo...y es de agradecer su precisión...y sus precisiones. Ya sabeis todos que andamos, fuera de un quitamé allá esas pajas, en un barco con rumbo parecido. En muchas cosas, en el mismo rumbo. Suscribo su fondo, me pliego a su forma, y puntualizo una pequeñísima discrepancia ( ¿veis?...la "pajita") y es que sí pienso que se puede escribir el poema - o unas lìneas, o un borrador, o unas notas - cuando se siente algo. Otra cosa es que ese "sentimiento" sea el poema. Eso es lo que yo niego. Pero sentir ( ó sentir/pensar, como he dicho anteriormente ) es algo que, sin duda, sucede cuando se escribe. Porque el hombre, salvo cuando duerme ( y no siempre ) es un ser sintiente/pensante. Por lo demás...esta entrada y lo que Manuel propuso metiéndonos el dedito en la boca...está saliendo ( aunque te de trabajo, Alejandro ) a pedir de boca. Porque la boca - órgano que transmite oralmente deseos e inquietudes - pedía un poco de "movimiento". Luego agradecerás el ejercicio, Alex. Parece duro, te lo digo por experiencia. Pero cuando acaba la batalla uno dice...vale, hemos trabajado en nuestro oficio. Hemos llenado el cesto. Y algo bueno habrá en la cosecha.
Gracias por tu particular esfuerzo...y nivel (repito, vaya nivel) de planteamientos y respuestas.
Sigue que, además, no estás sólo.
Un abrazo.

Port

( Y las chicas, como siempre, siguen siendo guerreras...)

Anónimo dijo...

Dios mío, no, otra vez lo del cuento, no...ese tema está ya fuera...estamos en temas más generales...Perdona, Aida, pues me parece muy interesante tu intervención, sobre todo la primera parte, pero es que como acabas de aparecer no sabes que Alejandro había dado por clausurado el tema del cuento...con 125 comentarios! de los cuales la mitad hablaban del asunto. Si vuelves a la entrada parcial anterior (Recreación Literaria I) comprenderás que haga este comentario, con todo el respeto, puesto que soy un contertulio más, pero es que estamos en un paso posterior del debate...y a mi particularmente, me resulta duro volver atrás.
Un saludo y te ruego me disculpes.

David Nihalat

Emilio Porta dijo...

He releído el segundo punto de esta entrada...y me hace pensar. No estoy seguro de coincidir con él. Más bien, por bien del alma de todos nosotros y la amistad, creo que, a partir de ahora, no. Definitivamente empiezo a pensar que la crítica no es buena. Es mejor dedicarse a la creación.
Este era el punto segundo del manifiesto de la entrada:

Han sido escasas las intervenciones sobre la conveniencia de la crítica en los blogs. Sólo Mari Carmen Azcona y yo mismo nos hemos pronunciado a favor de esta práctica.

Esto va para Aida, con el máximo respeto y afecto, al ser amiga de mi amigo Alejandro:
Yo jamás he dicho a nada me gusta o no me gusta. Siempre he dado razones. Razones críticas. Desde el punto de vista de construcción o empleo del lenguaje, ritmo, elementos formales, sintaxis, y contenido.
El gusto, estimada Aida, no es una razón crítica. Es un elemento subjetivo. Incluso cuando mi queridisima amiga Mila habló de lo que le gustaba o lo que no, tuvimos un pequeño debate. Porque no me parecía serio emplear esos términos en un blog de escritores. Como pensaba que se había acabado el asunto ( bien sabe Dios que habría dado todos mis comentarios al rspecto y mi silencio porque no se hubiera sacado de nuevo ) pues no he querido comentar abiertamente nada más. Y no lo hago en toda la extensión que me desearía porque, ésta es mi última intervención al respecto sobre el único cuento de un extraordinario escritor, al que, en relatos, he comparado reiteradamente con el mejor Aldecoa - y no rebajo ni un ápice mi valoración - hablo de mi querididisimo amigo Alejandro Pérez, al que, eso sí, lamento haberle creado un problema, en el caso de haberlo hecho, porque en una conversación, como señalé una vez, le aconsejé cambiarlo. Lamento mi error. Veo que, como Ud, dice srta. Aida, aunque usted acabe de aparecer y parecía que no estaba al tanto de la anterior entrada pues ignoraba que estábamos en otra cosa, según usted eran muchos a los le gustaba el cuento como estaba, en su primera versión. Yo sólo conozco a dos a los que no: Mari Carmen Azcona y yo. Los dos somos íntimos amigos de Alex. Supongo que Ud. también. Aunque sea la primera vez que leo su nombre.
Saludos. Y reitero mis disculpas si le he molestado.

Anónimo dijo...

Por cierto, la "paparrucha", como la llama Aida es un alarde de inteligencia, ingenio y sentido del humor. Ver el comentario nº 125del apartado anterior (RECREACION LITERARIA I).

Port

Manuel dijo...

ACEPCION Nº 1: Delimitar nuestro territorio.

El pensamiento se ha ligado a la evolución de la espefie humana.

Y la "necesidad" de plasmar gráficamente la idea, está, por tanto, ineludiblemente ligada al pensamiento.

O sea: a la especia humana.

Eso es prepotencia y lo demás son tonterías!!!!.

Lo cierto es que, desde en el despertar de la especie, los signos gráficos se van dejando en la pared como los libros en nuestras estanterías empolvadas. Y así se escribe, caballo o serpiente, la idea que el hombre desea transmitir.

Entre un dibujo tosco y la letra árabe hay un salto insignificante, cargado de sentido. Entre medias, eras geológicas cargadas de intentos para el futuro.

Transmitir, como signo de supervivencia, es un deber ligado a la especie. Es un símbolo de la inmortalidad.

Mari Carmen Azkona dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mari Carmen Azkona dijo...

Con tu permiso Alex... lamento hacer un inciso en este interesante debate, ante las palabras de una nueva contertulia en las que, por alusiones, me veo implicada.

Estimada Aída, al final de tu intervención dices: “Mira lo que has ganado, enfrentarte a los del bando que estaba a tu favor.” Lamento estas palabras. Yo en ningún momento entendí que hubiera dos bandos enfrentados. Siempre he creído que sólo había un “bando”: el de los que estamos a favor de un amigo. Con tu comentario das a entender que estoy en contra de Alex y no te lo acepto. Tengo un gran respeto y cariño por Alexcomo escritor y persona.

No quería hablar del cuento, primero porque respeto la decisión de Alex de dar por zanjada el debate sobre el cuento al cambiar de entrada, parece ser que tú no, y segundo porque ya le di mis razones por las que me gustaba la segunda versión del cuento ¿Y tú? Creo que no.

Al final de tu intervención dices:
“Y ahora vas y pones una paparruchada diciendo que ¡al desguace!”
“Arreglado vas a estar si tienes que quitar lo que a alguien no le gusta.”
Yo, como habrás leído estoy de acuerdo con las críticas siempre que sean constructivas y desde luego, llamar paparruchada a la última versión de Alex, no me parece una critica y menos constructiva. Con tus frases finales demuestras tu intransigencia, y el poco valor y respeto que das a las acciones y decisiones de Alejandro.
Creo que Alejandro tiene carácter y criterio suficiente como para ser consciente de lo que debe hacer.

Un saludo.

Valeriano Franco dijo...

Bueno, vamos a ver. Si recojo el guante a lo que Mª Carmen dice y a lo que sugiere Manuel, ¿por qué escribimos? os diré mi reflexión. Nadie puede escribir sin sentir. No somos máquinas, ni somos piedras, pero, cuando se escribe, como dice Carlos Fuentes, el cómo se cuenta es más importante, o tanto, digo yo, que lo que se cuenta. Por eso estoy con Enrique que aquello que huele a mucho "sentimiento" es para desconfiar. Me quedo con lo que he dicho tantas veces en algunos blogs: no basta sentir, es necesario moldear ese sentimiento para que se escriba sea "bueno". Hay que "domar" el sentimiento, aunque después de una docena de versiones vuelvas a la primera, pues entonces veras que lo que escribiste al principio fue ese regalo de los dioses que muy pocas veces te conceden y “sale” a la primera. Personalmente escribo porque necesito escribir, porque me apasiona algo que he sentido y me ha llegado ahí adentro y me hace vibrar y me sugiere algo. Pero cuando eso me ocurre, me echo a temblar porque "siento" algo que me va a hacer gozar y al mismo tiempo sufrir y no sé cuánto tiempo me va a llevar terminarlo y sentirme satisfecho plenamente, lo que no suele ocurrir, casi nunca, porque el escribir me va a obligar estar en silencio y soledad, a enamorarme de la página en blanco, de sacar a la luz mi historia y a sentir que estoy actuando un poco contra natura. Pero soy presa de ese masoquismo pleno de gozo y dolor, de esa droga inevitable que me impide dejar de hacerlo. Porque si lo pudiera dejar lo dejaría, pues como dice Jose Luis Sampedro, no compensa. Pero… Y ahora que estoy con la edición de mi libro, lo percibo aún mucho más. Nunca lo das por terminado. Siempre hay algo que modificar.

Alejandro dijo...

Querida Alicia:

Me encanta la relación que estableces entre Literatura y escritor. Estoy de acuerdo contigo cuando dices que la Literatura es como una pareja complaciente, que nos da mucho, pero que es absorbente y celosa y nos puede aislar de la realidad. Cierto.

También es cierto que, como buena pareja con todas las características que tu explicas tan bien, y siendo tan importante como es para nosotros, necesita mucho de nuestro tiempo. Requiere que estemos constantemente pendientes de ella. Cuando por atender otras relaciones dejamos de dedicarle el tiempo que nos exige, nos pasa factura, nos da la espalda y deja de satisfacernos porque se siente desatendida, y nos castiga negándonos el producto final que siempre nos ha hecho disfrutar. Es el momento de volver, de aislarnos de esa realidad para fortalecer la relación de pareja apetecida. Creo que para que esto funcione con armonía se requiere un equilibrio bien administrado. Si damos mucho a la Literatura, nos aislamos de la realidad; si no nos dedicamos a ella como merece, dejamos de sentir sus encantos y de regalarnos a nosotros mismos nuestra creatividad.

Aciertas con tu apreciación sobre la crítica. Dices que “Si nos critican, en general no lo aceptamos bien”. Quizá eso es así por dos cosas: primera porque nos enamoramos en exceso de lo que hacemos, sin pensar que puede no ser tan bonito como creemos; y, segunda, porque cuando nos ponemos a criticar nos preocupamos más de mostrar lo feo de la criatura que de aportar algo concreto que sirva para mejorar lo que sea mejorable, si lo es. No es fácil conciliar ambas cosas.

Gracias, Alicia, por volver y por esa tarta de coco después de los manjares del mar que tanto nos ayudan a encontrar el mejor punto de vista.

Besos

Alejandro dijo...

Estimada Aida, como dices que no hace falta escribir mucho, sino claro, intentaré ser breve y directo para que me entiendas.

Te recomiendo leas siempre con atención, si de verdad quieres aproximarte a la idea y recibir el mensaje de quien escribe. Si hubieras leído así ya sabrías por qué escribo. Creo que quedó bien claro en mis primeros comentarios de RECREACIÓN LITERARIA (I). Veo que esos “regalos” se te han perdido entre las líneas de la desatención. Tendrás que buscarlos, no los voy a repetir.

Hablar del cuento al que te refieres, es hablar de agua pasada. Ya vamos por otra lección. Sólo te voy a decir dos cosas, amiga Aida: de mi blog no quito nada que yo no quiera quitar; no hice caso a nadie, sólo a mi mismo; eso sí, después de valorar opiniones razonadas y con fundamento, que agradecí y agradeceré siempre. Tú ni lo has intentado.

Por los mismos motivos que suprimí el cuento que irá al desguace sin ninguna remisión, ahora no voy a quitar lo que tú, sin mucho respeto, calificas de “paparrucha”. No sé si te he explicado todo con la claridad que tú requieres.

Saludos.

Alejandro dijo...

Querido Port, estoy de acuerdo en las aclaraciones que hacías ayer sobre el hombre “pensante/sintiente”, que citabas, y sobre el acto de pensar- sentir – escribir, apostillando el comentario de Enrique Gracia. Si quedó perfectamente explicado su mensaje, también lo está tu puntualización.

Sin querer ponerme a vuestra altura (¡sálveme el diablo y todas sus huestes!), creo que todo es cuestión de matices. En este caso (sentir- pensar- escribir) será, más que de matices, de intensidades y cómo se interpreten esas peculiaridades del ser humano. Lo que decís los dos, es rotundamente cierto. Pero permite que diga que si somos víctimas de un sentimiento de dolor por un suceso trágico, no estaremos para nada, pero si el sentimiento no llega a esos niveles, es posible que sí podamos ser más dueños de nosotros y simultanear sentimientos, elaborar ideas y expresarlas. No sé, digo yo.

Un abrazo.

Alejandro dijo...

Querido Emilio:

Como voy contestando y a la vez van entrando comentarios nuevos, para centrar respuestas, diré que esta se refiere a tu intervención de ayer (5 de mayo 16:20).

Te agradezco ese comentario, como todos, y de forma muy especial las aclaraciones que haces a la nueva tertuliana; aclaraciones innecesarias, dicho sea de paso.

Por otra parte, decir que no creo que tengas que lamentarte por nada. ¡No has creado ningún problema a nadie! Si algo he recibido de ti en esa ocasión ha sido lo mismo de siempre: cariño, ayuda, comprensión y todas las razones que creíste oportunas, las que yo te pedí,para sacarme de mi error. Error que reconozco, asumo y me flagelaría por ello si fuese necesario. Tampoco creo que tenga que llegar a tanto. Los toreros no cortan orejas todas las tardes, pero sí que cobran, aunque los silben. Aquí, igual pero sin cobrar. A ver si ahora tú, querido Emilio, vas sentirte ofendido por los abucheos que sólo yo merezco. ¡Por favor!

Y que quede claro, que tanto a ti, como a Mari Carmen y a quienes en otras ocasiones me han advertido de algún error (como yo he hecho también alguna vez) solo debo agradecimiento y os ruego que hagáis lo mismo siempre que haya motivos. Sé que sabéis hacerlo. Y lo haréis.

Un abrazo fuerte

Alejandro dijo...

Querido Manuel:

Interesantísimo ese desarrollo que haces sobre la comunicación gráfica del ser humano. Necesidad inherente a la especie como necesidad vital. Todo ello rubricado por esa frase epílogo de tu texto, que me guardo con tu permiso:

“Transmitir, como signo de supervivencia, es un deber ligado a la especie. Es un símbolo de la inmortalidad”.

Gracias por tu extraordinaria y original aportación.

Abrazos.

Alejandro dijo...

Querida Mari Carmen:

Por mi parte ya he respondido a Aida, con la claridad que ella pide siempre, y con más respeto que ella me profesa.

Ya he agradecido a Emilio su respuesta y ahora me toca hacerlo contigo, querida amiga. Reitero lo dicho: sólo siento hacia vosotros gratitud por vuestra sinceridad, por la confianza y el cariño que me demostráis siempre y por la ayuda que he recibido de vosotros mostrándome mi error, que asumo y acepto con toda la responsabilidad que en ello pueda haber. Parece ser que hay por medio un perdón que no mereceré. No importa. A veces no apetece nada recibir ni siquiera indulgencias de comportamientos intolerantes.

Creo que sobra todo lo que pueda añadir. Sois mis amigos y yo sé el valor que tiene teneros cerca. Lo de más son desvaríos sin necesidad de comentario. Lo único que me duele es que os impliquéis tanto en algo que sólo a mi debe afectarme.

Agrecdido, recibid los dos mi cariño con besos y abrazos.

Alex

Alejandro dijo...

Querido Valeriano, gracias por la aportación que nos haces a todos en este blog, que también es tuyo.

Si has leido los comentarios recibidos y las distintas respuestas, verás que está muy trillado el acto de sentir y escribir, y, entre ambos -mientras y durante- la cualidad de pensar. Se han puesto sobre la mesa varias teorías, todas interesantes, como la tuya. Unas y otras salpicadas de matices distintos, pero compatibles en su convivencia. Esa es la consumación de la armonia y la riqueza que siempre debe existir en favor de los tertulianos,amigos, que se reunen para aportar opiniones razonadas y coherentes.

Con todo ello nos has dejado muy clara cuál es tu actitud (lo que sientes, lo que piensas y hasta cómo elaboras la idea hasta llegar al folio en blanco y expresarte) en el proceso de la creación literaria. Pero no has profundizado lo mismo en la cuestión planteada, que tú mismo aceptas como materia de tertulia:

¿Por qué escribimos? Tu respuesta es: "Personalmente escribo porque necesito escribir, porque me apasiona algo que he sentido y me ha llegado ahí adentro y me hace vibrar y me sugiere algo".

Todo eso, amigo Valeriano está muy bien. Es algo que sentimos todos, algo muy abstracto, muy común. Yo sé que tú, como tantos, tienes otras razones más concretas y más visibles para ponerte a escribir. Esas son las que nos interesan, las personales, basadas en experiencias y necesidades particulares. Todo lo demás está en los libros. Inténtalo, seguro que nos deleitas con motivos más aleccionadores.

Un abrazo

Mari Carmen Azkona dijo...

Alex, ahora si que me voy a enfadar contigo. Hablas de error, agradecimiento...¿Error, en qué? ¿Agradecimiento, por qué? Me gusta más la palabra amistad que en nuestro caso existe y se afianza cada día más. Para mí la amistad significa, entre otras cosas, implicación y compartir no sólo risas sino también problemas si los hubiere, que no es el caso. Así que sintiéndolo mucho te fastidias, aquí me tienes y me tendrás cerca de ti.

He discrepado con Aída, nada más. Lo único que lamento es que no haya sido ella quién conteste a mi comentario y te hayas visto forzado a hacerlo tú.

Besos y abrazos.

Alejandro dijo...

Mari Carmen, vuestras discrepancias con terceras personas, por asuntos en los que me hallo, me afectan y me duelen.

Claro que la palabra amistad te gusta, y a mí. Es una de las palabras más bonitas de nuestro vocabulario. La amistad nos pone a quienes la practicamos en el mismo plano de entrega a cambio de nada. Será la gratitud la impronta que la distinga, el sello definitorio de que existe. Pero la gratitud entre amigos ha de ser sólo eso, un símblo. Nunca tiene que ser el alimento del afecto desinteresado, porque, como dijo Isabel de Rumania, "La amistad, si se alimenta solo de gratitud, equivale a una fotografía que con el tiempo se borra". Eso nunca, Mari Carmen, porque, como tú bien dices la amistad significa entrega y compartir sin truques, sin precio, pero creo que el regalo de una palabra cariñosa nunca estára de demás. Si va unida a la gratitud tampoco importa, sobre todo cuando, como en este caso, he recibe tanto y de tanta calidad.

No me he visto forzado a responderte. Nada de eso, querida Mari Carmen. Lo haria mil veces con tal de no contestar a quien no quiere comprender. Por lo demás, creo que este asunto hay que olvidarlo y dedicarnos a otra cosa.

Besos.

Anónimo dijo...

De observadora os digo: me han encantado las respuestas de Alejandro, su facilidad de escritura y comentarios, en general todo el nivel demostrado en lo grande y en lo pequeño. Todo esto - y perdonad pues no soy de Escritores en Red - sirve para mejorar, integrar y sentir que eso que llamaís Blogsfera está viva. Vosotros en plan dialéctico y buscando una conversación literaria...y el resto, en sus blogs, dando pinceladas creativas de gran nivel. Me he dado una vuelta por todos y entiendo que hayan distinguido a vuestros blogs - o el conjunto de ellos - como "imprescindibles" y de obligada lectura entre los internautas. No dabe duda de que hay variedad y múltiples posibilidades. A este paso, Alejandro, la comida va a tener que ser un banquete amplio. Por mi encantada. Creo que a algunas de vuestras contertulias mi restaurant y mi casa les pilla muy cerca. Bienvenidos todos, incluso los de otras provincias, que creo que hay bastantes.
Yo, te daría una "medallita" especial a tu modo de cerrar capítulo, Alejandro. Muy bien. Y hay tantos temas para seguir comentando...

Ana Aguirre

Alejandro dijo...

Gracias, Ana, por volver con tus encantos a la noche madrileña, noche cerrada que no me deja ver la luna, ni las estrellas. No importa, hay cierres que si se echan y no se abren más, nada se pierde.

Vas a conseguir, querida Ana, que empiece a sentir por ti ese aprecio que al principio no imaginaba.

Me alegra que hayas visto que Escritores en Red es una plataforma de muy buenos artistas de la palabra, aunque algunos por ir con las plumas cargadas conde quizá no debiéramos ir tanto, emborranamos la plana. Otros, como tú dices, lejos de dedicarse a esto de las parrafadas tertulianas, se dedican a la creación fina, profunda y al arte supremo, urdido con cinceles y buriles de filigrana y palabra, de tretórica y estética.

De todo esto hablaremos, querida Ana, en el transcurso de esa comida que tenemos pendiente. Aprovecharé la brisa marina del Cantábrico para henchir mis pulmones de vida y mi mente -ahora hueca- de historias con horizontes abiertos y fondos profundos.

Hasta pronto amiga. Muchos besos.

Manuel dijo...

ACEPCION Nº 2: Escribir es ser.

¿Escribir es dibujar?. O, lo que es lo mismo ¿es representar gráficamente la ideas?.

Mi principal duda en el asunto que tratamos, como base y punto de partida para todo lo demás, es saber por qué, el ser humano, a partir de un momento determinado de su evolución, siente la necesidad de plasmar imágenes, símbolos, jeroglíficos o cuñas, en las paredes.

A veces he leído sobre el significado “mágico” de determinadas pinturas. Sobre su contenido religioso. Sobre la trascendencia que buscaba el hombre primitivo.

Nada de esto me satisface.

Yo pienso; guardo recuerdos y soy capaz de elaborarlos. Alcanzo una inteligencia sintética o analítica. Y conforme la capacidad del mi cráneo se estructura, también lo va haciendo mi necesidad de comunicación.

Puede que antes de que nuestra laringe alcanzase un grado de desarrollo adecuado, la capacidad psicomotriz del ser humano ya estuviese suficientemente desarrollada como para representar en dibujos o gráficos aquello que deseaba comunicar. Creo, repito, que un escaso vocabulario muy antiguo, fue superado por la representación gráfica de situaciones complejas que el hombre deseaba compartir con sus semejantes.

Seguro que me equivoco, pero es lo que pienso.

Luego, pero mucho más tarde, se comprendió que la belleza — ese animal desbocado — podía expresarse mediante símbolos.

Pero eso fue mucho más tarde.

Alicia Uriarte dijo...

Alejandro, una pequeña intervención que me satisface compartir.

Quería enriquecer los contenidos aprendidos en este curso y me he dirigido a la biblioteca en busca de apuntes. Lo hago muchas veces, sobre todo cuando me faltan las palabras ya que creo que muchas de las cosas que pretendo decir ya están dichas. Mira por donde he encontrado una frase de uno de los grandes que va en la línea de mi comentario, dicho de paso, comentario que has engrandecido con la contestación que me has dado. Gracias.

(...) Lo que me gusta es escribir y cuando termino es como cuando uno se va dejando resbalar de lado después del goce, viene el sueño y al otro día ya hay otras cosas que te golpean en la ventana, escribir es eso, abrirles los postigos y que entren.
Julio Cortázar

Anónimo dijo...

Me parece impresionante la disección semántica que está haciendo con sus intervenciones Manuel. Dan para mucho. Si uno, en vez de contestar o defender su postura, empieza a asumir la divergencia y querer aprender del punto de vista del otro, estos debates cumplirán su función de comunicación, aprendizaje y reflexión. Magníficas aportaciones.

David Nihalat

Emilio Porta dijo...

Las palabras, y por tanto los conceptos que representan, tienen una doble lectura, y más literariamente. En el caso de "escribir es ser" la frase es una referencia exclusiva al escritor que "vive la escritura" como expresión inmanente y trascendente de su idiosincrasia personal, de su propia estructura de pensamiento/sentimiento y obra. Evidentemente escribir no es ser. Y, cuando digo esto, me refiero a una expresión metáforica y sólo en el caso particular mío, puesto que la cuestión era el por qué escribimos cada uno. Para mí es porque es parte intrínseca de mi mismo, mi modo de comunicar lo más importante y de mi mismo, mi modo de andar y observar dentro y fuera.
Y, asumo también y hago mía la frase de Nihalat, que no es "delimitar" sino "afirmar" mi territorio personal. Yo, que creo en la fusión, no quiero delimitar nada, sólo diferenciar en la mezcla común de todos nosotros, los pobres seres humanos, detententadores de este extraño lenguaje, aparentemente tan evolucionado.
Aparte de esto, me parecen magníficas las entradas - eso son -en este debate, de Manuel. Como corresponden a su altura intelectual.

Anónimo dijo...

Por lo demás, me sumo a lo dicho por David Nihalat: vaya extraordinario comentario el de Manuel, con esa aportación de conocimientos a nivel general...que pone este debate a gran altura. Si fuéramos capaces, ahora ya, de no desviarnos mucho y seguir ese hilo...casi te díría, Alex, que tendrías que empezar a pensar en...hacer un libro...je, je, es broma ( o no ) no quiero meter cizaña...
Un abrazo a todos...y, hoy, a vosotros dos especialmente.

Port

(Por cierto, como E.P. y Port son el mismo y Nihalat es íntimo amigo, no hace falta que contestemos a los tres, je, je. Esto es parte del "dibujo". Incluso no hace falta contestar, ni a ellos ni a nadie, aunque se que te gusta, Alejandro...en el fondo, a tu pesar, eres un buen polemista)

Alejandro dijo...

Querido Manuel, en comentarios anteriores se han intercambiado opiniones sobre el contenido de esta ACEPCIÓN Nº 2: ESCRIBIR ES SER. Tú planteas matices nuevos, que no estuvieron presentes en esas discusiones. Compartiendo tus conocimientos sobre el genoma humano (genotipo, fenotipo) y la evolución del comportamiento del hombre desde que apareció sobre la tierra, nos aportas visiones valiosas a la hora de explicarnos qué es escribir y el porqué de la escritura.

Comprendo que no te satisfagan las lecturas sobre el significado mágico de pinturas y símbolos encontrados en cuevas y en lugares supuestamente habitados por nuestros antepasados. Y digo esto, no porque yo sepa algo del tema, sino porque tu comentario me ha hecho pensar (gracias, Manuel). He llegado a preguntarme ¿Quiénes nos explican esos significados y qué certeza tienen de sus interpretaciones? Si historiadores y expertos no se ponen de acuerdo sobre “documentos” más recientes (dos mil años, por ejemplo), ¿podemos fiarnos de lo que nos digan del lenguaje de hace un millón de años? A mí tampoco me satisfacen.

Me quedo con la necesidad que tiene el ser humano de comunicarse, y estoy de acuerdo contigo sobre lo que dices del vocabulario gráfico. Y aquí me lleva otra vez el pensamiento al acto de la comunicación. Aquellos habitantes (con laringe sin desarrollar) sentían la necesidad de comunicarse, y lo hacían, como dices, con dibujos o gráficos. Así emitían. Nosotros ahora leemos sus tumbas, sus fósiles y sus huellas, deseosos de conocer nuestros orígenes. Igual que ellos, sólo que nosotros lo hacemos como receptores de sus mensajes.

Un verdadero placer, Manuel. Recibe un abrazo.

Alejandro dijo...

Gracias, Alicia, por compartir esa experiencia del maestro Cortázar. Estos intercambios y el placer de compartir es lo que de verdad engrandece estas relaciones culturales, aunque se produzcan en la distancia.

Tus comentarios son recibidos con los brazos abiertos y me llegan grandes y pletóricos de ricos matices. Disfruto con ellos y, a la vez, los celebro.

Yo también quiero compartir otra enseñanza del mismo grande, Julio Cortázar, refiriéndose al arte de escribir:

“... Consiste, entre otras cosas, en lograr un clima propio sobre lo que se quiere narrar, que obliga a seguir leyendo, que atrapa la atención, que aísla al lector de todo lo que le rodea para después (...) volver a conectarlo con su circunstancia de una manera nueva, enriquecida, más honda o más hermosa”.

Muchos besos.

Alejandro dijo...

David, Port, Emilio... Ya sé que no es necesario contestaros, pues vuestras intervenciones van dirtigidas a Manuel, seria, si así lo desera, quien diera respuestas a vuestros comentarios. Yo sólo lo hago para agradeceros la visita y sumarme a esa alegría vuestra y admiración que sentís por el amigo Manuel. Por mi parte, ya lo he hecho, no sé si con la fuerza que él merece, pero lo dicho, dicho queda. Repito, nada de lo que nos ha transmitido tiene desperdicio.

Abrazos y besos para todos.

Alicia Uriarte dijo...

Alejandro, sé que voy a desviarme del hilo y acaso no voy a mantener la altura del debate que parece pretendéis. Sin embargo, sé que tú eres magnánimo y me disculparas por ello.

Desde que tengo un carguillo, mis relaciones con los conserjes han sido más próximas. Esto me ha permitido conocer mejor a Pablo, uno de los tres que hay el instituto. Presenta una minusvalía que le impide comunicarse de forma oral, salvo monosílabos y frases muy cortas aisladas. Sin embargo es un colaborador excelente para todos los estamentos del centro.
Este año, con mi entrada en el equipo directivo, descubrí que le encanta escribir. Hoy a la mañana, pensando en este debate, le he preguntado qué significaba para él escribir. Transcribo literalmente su respuesta, escrita en una cuartilla de hoja cuadriculada.

“Se le preguntó a un escritor:
-¿Y usted por qué escribe?
La respuesta fue:
- Yo escribo para que me quieran.

Lo anterior significa que muchos no sólo escribimos para nosotros mismos o para poder mejorar el mundo. También nos importa la opinión de los demás. A veces, como narcisistas que somos en el fondo, escribimos para que nos quieran por ello. Se asemeja a como cuando en nuestro fuero interno soñamos con ser cantantes que interpretan canciones ante un auditorio compuesto por nuestros amigos y conocidos para poder ganar su aplauso.
El acto de escribir también es una terapia curativa personal. Si tienes un problema, el expresarlo o el escribir con esa sensación puede servir para buscar una solución.

La hoja en blanco es como un espejo dónde te reflejas tú y tus pensamientos. De esta manera te elevas por encima de ellos, dejando de ser prisionero de los mismos y llevándote a poseer una actitud más libre con respecto a dichos pensamientos, a ti mismo y a la vida”

Alejandro, si tienes a bien comentar algo al respecto, no dudes que se lo haré llegar.

Un abrazo.

Mari Carmen Azkona dijo...

Manuel, en la actualidad quizás no podamos decir que dibujar es escribir, pero si podemos decir que dibujar es comunicarse. Los pintores lo hacen y es el sistema que utilizan los niños para comunicarse cuando no saben escribir. Y qué decir de lo que significan los dibujos en los diagnósticos por parte de psicólogos y psiquiatras.

En muchos pasajes de la historia dominados por civilizaciones perdidas, los dibujos era su forma de escritura. Sólo hay que admirar el “Códice Cortesiano Maya” o cualquiera de las fachadas de los templos egipcios...

Los jeroglíficos eran signos que podemos relacionar con nuestro alfabeto o ideogramas. “Palabra” (medu) es un bastón, “voz” (jeru) un remo. Para ellos si que escribir era dibujar, tal es así que el jeroglífico utilizado para la palabra “escribir” (sesh) representa el material que necesita el escriba. No puedo dibujaros el “cielo” (pet), pero si se le añade una cuerda con una estrella de cinco puntas ha llegado la noche, en cambio, si emanan tres líneas quebradas comienza la lluvia.

Para los egipcios cada imagen era un ser vivo, una realidad que actúa. Tenía un valor de sonido pero mantenía su poder de imagen. Estaban tan seguros de ello que en algunos textos tenían la precaución de cortar en dos leones o serpientes por ejemplo.

Si vais a Egipto, no os acerquéis demasiado a los jeroglíficos, no sea que despertéis al león que duerme o a la serpiente que hiberna...La precaución siempre es buena.

Yo como sigo creyendo que con algunas palabras atrapo no sólo el significado sino también el espíritu os envío besos y abrazos.

Alejandro Pérez García dijo...

Querida Alicia, aquí, en esta casa de todos, nadie se desvía del tema propuesto. Podrá proponer otro punto de vista o algo novedoso, que a todos nos enriquecerá. Lejos de disculparte, lo que hago es agradecerte compartas con nosotros la valiosa aportación de Pablo, que responde, precisamente, a la cuestión que ahora nos ocupa.

Expresado mi agradecimiento a ti, te ruego hagas llegar mi felicitación a Pablo por esa vocación que siente por la escritura y mi gratitud por la intervención tan original que nos regala:

“Se le preguntó a un escritor:
-¿Y usted por qué escribe?
La respuesta fue:
- Yo escribo para que me quieran”.

En esa respuesta elegida por Pablo, querida Alicia, podemos intuir que el escritor busca su complacencia partiendo de lo que expresa, como él nos da a entender en su explicación. Estoy de acuerdo con todo lo que dice, expuesto con acierto y profundidad. Espero se lo hagas saber.

Es cierto que hacemos muchas cosas esperando el aplauso de los demás. Pero cuando sentimos esa caricia narcisista no siempre lo explicamos con la sinceridad con que lo hace Pablo. Por eso creo que nuestro amigo atesora valores que no abundan. Lo que nos ha trascrito en esa cuartilla cuadriculada va mucho más allá. Quiero ver en él, en lo que escribe, un espíritu de servicio, un deseo que agradar, de hacer bien a los demás. Claro, los destinatarios de su pensamiento puesto en el papel le querrán, seguro, pero será correspondiendo al cariño que él ha transmitido antes en sus palabras. El afecto que recibimos no siempre es gratuito, es el “pago” del amor con que premiamos a los demás.

Agradecido, os envío a los dos muchos besos y abrazos.

Alex

Alejandro Pérez García dijo...

Mari Carmen, pero qué guardados tenías esos conocimientos sobre el lenguaje de los signos. ¡Que maravilla! Cuánta sabiduría y cuántas claves aportas sobre la transmisión que nos llega a través de los símbolos. No me extraña que hayas puesto en tu blog esa entrada (NO DEJÉIS DE VERLA, POR FAVOR) donde te comunicas con la tierra y dejas que nos susurre con el silencio de su voz arrugada el pasado milenario.

Te agradezco nos hayas regalado estas páginas de comunicación tan valiosas.

Besos

Manuel dijo...

ACEPCION Nº 3: Escribir es “afirmar" mi territorio personal.

Aunque está bastante claro que a Alicia no le gusta esta línea de diálogo (muy respetable por su parte), sigo con aquello que empecé.

Y me parece muy sugerente el comentario de D.N. Porque creo que, en efecto, la escritura se utilizó durante mucho tiempo para la autoafirmación. Tanto es así que se sigue utilizando de esa manera aún en nuestros días.

Hace poco escuchaba en la radio un reportaje sobre el erotismo en el Románico. Bueno, pues algún cantero, que representó en su piedra la figura de un hombre con una enorme verga en erección, suscribía: “Yo, el cantero”. Las puertas de los aseos de bares y otros lugares públicos, son auténticas enciclopedias en este sentido. El ser humano necesita reafirmarse y, más aún, perpetuarse gráficamente. Cuando escribo algo en un papel, en una puerta o en cualquier muro, trato de hacerme presente para la comunidad y, de paso, “comunico” algo.

Le ponemos nombre a nuestras casas, y lo representamos en sus muros. Representamos, a través de signos alfabéticos, escenas cotidianas en nuestros lugares habituales: sea la casa, el trabajo, el coche… Parece que la escritura sea la representación palpable de nuestro espíritu.

La escritura, lo que hacemos cada vez que tomamos en nuestras manos “algo que pinte”, no es necesariamente bella ni culta. Pero si es cierto que hay un sector de población, no se si insignificante o representativo, que escribe “de otra manera”. Escribe para representar, con una estética razonable, hechos cotidianos, sublimaciones de sentimientos, escenas traídas de cualquier tiempo… ¿Por qué lo hace?. Querido Alex, querido Port: ¿es esa la pregunta?.

Porque si es esa, mi respuesta es la misma: el ser humano que escribe, escribe por la necesidad de perpetuarse. Posiblemente opera un miedo ancestral al vacío, a la nada, a la falta de continuidad. Y parece que necesita dejar su “semilla”, algo que perdure hasta después de su ausencia.

Y aquí, enlazo con el inicio, con la frase de David: “Escribir es afirmar mi territorio personal".

Alicia Uriarte dijo...

Alejandro, acabo de compartir con Pablo tu gentil comentario. Te expreso el agradecimiento de ambos.

Sé que entenderás que no me quede a tomar café. Supongo que te habras dado cuenta de que el horno no está para bollos. De veras que lo siento.

Un abrazo y gracias de nuevo por esto y por todo.

Emilio Porta dijo...

Digamos que hay dos líneas de desarrollo...la que establecimos Manuel y yo y las que han aportado Alicia y otros miembros del foro. Yo creo que la de Alicia contesta - y es una buena aportación con la frase de Pablo añadida- a la petición primera de Alejandro. No es por mediar, es por sumar. Lo que pasa es que, en un foro, las líneas se cruzan, y más en internet, con los tiempos necesarios de respuesta. Ásí que, Alicia, el horno está siempre para bollos porque en los hornos de panaderia se "mezclan" diferentes tipos de pan y levaduras. Luego todos salen crujientes, algunos se enfrían, y otros se comen al instante o en unos días. Esta reflexión es importante porque creo que todos debemos aprender a dialogar y asumir. De todo se aprende. Tu comentario y aportación ha sido superinteresante y como tal, valorada. Yo, personalmente, no escribo para que me quieran...Me gusta que me quieran, como a todo el mundo, y me alegra que algo escrito por mi produzca reconocimiento y afecto hacia mí, pero escribir, escribo porque escribo y estoy más en la línea de el desarrollo semiológico que ha señalado en su comentario Manuel, a partir de la frase de D.N.
Pero me parece lícito que alguien escriba para que le quieran, que alguien necesite que su "afirmación" y su "comunicación" sea afectiva, fíjate si valoro tu intervención. Tú eres libre de que te guste o no alguna de las afirmaciones que hacemos. Pero no te cojas el canasto de las chufas (bajo a un lenguaje más coloquial) pues se te quiere y se te valora mucho y tu participación aquí es fundamental.
Manuel y yo es que somos un poco brutos y abrasivos a veces, directa o indirectamente, pero que sepas el horno - mientras no quememos a la brujas y a las personas - para lo que está es para "cocer" y ofrecer. Un abrazo.

Port

(Y ahora en otro comentario pasaremos al fondo planteado por Manuel)

Anónimo dijo...

Querido Manuel: Me parece tan documentada y pensada, tan amplia y concisa a la vez, tu intervención, que sólo puedo adherirme a la magnífica exposición teórica que realizas. Es de libro, je, je...(y perdón si alguien ironiza sobre que en todos los debates veo libros...pero es que yo veo libros en todas partes...fíjaros que algunos de vosotros y parte de la Humanidad también...ved, por ejemplo, el Libro de Piedra de Zumaia)...en fin, retomo tus palabras:

"El ser humano necesita reafirmarse y, más aún, perpetuarse gráficamente. Cuando escribo algo en un papel, en una puerta o en cualquier muro, trato de hacerme presente para la comunidad y, de paso, “comunico” algo.
Le ponemos nombre a nuestras casas, y lo representamos en sus muros. Representamos, a través de signos alfabéticos, escenas cotidianas en nuestros lugares habituales: sea la casa, el trabajo, el coche… Parece que la escritura sea la representación palpable de nuestro espíritu"

Ante esto, como comprenderás, sólo puedo callar...y afirmar. Da mucho de sí. Para seguir pensando...y escribiendo.

Port

Nota: Hablo con D. Nihalat y me comunica que está de acuerdo en todo.

Alejandro dijo...

Querido Manuel, sigues con decisión las acepciones que mantienes sobre ¿Qué es escribir y por qué escribes? Gracias por compartir el fruto de sus reflexiones sobre este tema que tanto nos apasiona a todos, por lo que se ve.

"ACEPCION Nº 3: Escribir es “afirmar" mi territorio personal".

Hemos dicho en algún momento antes, y tú mismo lo dices en tu comentario que "escribir es comunicar". No deja de ser otra forma de afirmar nuestros territorios personales, como nos descubres ahora.

Al hilo que de ese lenguaje de los signos que nos presentabas el otro día, refiriéndote a los hombre primitivos, hay que admitir que quizá sea uno de los lenguajes más universal, comprendido entre los parlantes de distintas lenguas. Nos hablabas de los símbolos para distinguir los baños de señoras y caballeros en los establecimientos públicos. Ahí podemos añadir las señales de tráfico, interpretadas (generalmente) en todos los paises, se hable el idioma que se hable.

Hay una iglesia en El Barco de Avila (Nuestra Señora de la Asunción) con un sinfín de mensajes escritos con figuras de gtran precisión. hechas por los canteros de la época (s. XV-XVI). Lo que más me llamó la atención fueron unas marchas cinceladas que habia en las sillerias. Pregunté. Me respondieron: "es la firma del cantero. Al final de la jornada recibían sus dádivas en función de las firmas estampadas. ¿Cuioso, verdad? Otra forma de afirmar el territorio personal.

Abrazos

Alejandro dijo...

Gracias, Alicia, por hacerme llegar ese sentimiento, seguro que sincero, de nuestro común amigo Pablo. Él, igual que tú, tenéis aquí una tribuna donde expresaros con libertad y confianza.

Sí que me gustaría que te quedaras, Alicia. Voy a pensar que si no lo haces será porque tengas otras llamada a las que debas atender, nunca porque el horno no esté para bollos. Tú siempre haces una repostería estupenda. Si alguna vez los dulces se pasan de cocción, no importa. Yo sé que quienes te rodean quieren lo mejor para ti y para que te sientas cómoda, buscando siempre la temperatura ideal del horno en su punto óptimo de armonia y satisfacción para amasar bin la buena pasta de amistad y convicencia.

Nunca dejes de venir. Ya pondré yo la tarta, la que más te guste.

Besos

Alex

Alejandro Pérez García dijo...

Gracias Emilio, por recalar en estos lares donde tú siempre sabes mediar y terciar, sumar y mantener el horno a la mejor temperatura, con el mejor talante y la palabra templada.

Como siempre has vuelto a enriquecer las acepción de Manuel, y como siempre has vuelto a estar de acuerdo con David, él contigo y yo con los tres.

Un brazo para todos

Alex

Emilio Porta dijo...

Tomándose esto, Alex, como un encuentro diario ( o alterno ), sin compulsiones, escribir en la blogsfera es un uso catártico y de comunicación para todos nosotros. Y, si es para hablar de temas de los que podemos sacar provecho, mejor. Es evidente que cada uno debe aprovechar los momentos en que puede y desea hacerlo y no tomarse la red como una obsesión. Todo lo que no sea fluido no merece la pena. Para tu tranquilidad, te diré que, para mí, escribir es como respirar. Y si respirar no me cansa - y es necesario - pues, salvando las distancias, y con la paz que pueda dar encontrar huecos y tiempo libre, pasear por nuestra casa y colocar nuevos libros o escritos en las estanterías imaginarias de nuestra Asociación lo considero un ejercicio saludable. La parte de estanterias que tú llevas me gusta y me siento cómodo subiendo y bajando volúmenes y manuscritos.

Alejandro Pérez García dijo...

Muy bien, todo lo que dices, querido Emilio. Creo que ya te he dicho en alguna ocasión que para ti escribir es mucho más que para mí. A lo mejopr es que soy más complicado que tú y necesito para vivir otros placeres y otros usos catárticos, sin olvidarme de escribir, acción única, íntima, personal, de la que nunca me podré separar. Yo también necesito escribir, a lo mejor (o a lo peor) menos que respirar, pero sobre todo cuando necesito comunicarme con los seres queridos que están lejos. Desde luego no cambio nada por oir la voz de un amigo, por ver sus gestos, por tocarle y compartir un día, o un rato sólo, mientras bebemos juntos ideas literarias y nos tomamos una sopa de letras, de primero, y una fuente inagotable de palabras disputadas. Esto es lo mejor. Lo otro, lo que dices, si no hay más remedio... En cualquier caso, mientras que aguantemos el ejercicio, seguiremos subiendo y bajando estanterias intercambiando nuestros libros.

Piensa en mañana, y olídate de todo lo demás.

Un abrazo fuerte.

Alex

Alejandro Pérez García dijo...

La actualidad nos manda siempre. Ayer nuestro amigo y compañero Emilio Porta recibió el XXI Premio de Poesia Blas de Otero, patrocinado, como sabéis, por el Ayuntamiento de Majadahonda. allí estuvimos, disfrutando con él de ese extraordinario galardón, que le define y distingue.

Por erso motivo, esa noticia alegre ocupará ahora este blog. No obstante, y dado el interés despertado por esta entrada (RECREACION LITERARIA II) seguirá vigente, en espera de que sigáis, sigamos, aportando nuestras oponiones sobre los temas propuestos. La tertulia sigue...

Abrazos y besos para todos.

Alex

Alejandro Pérez García dijo...

I am grateful for his interest and follow-up; and, naturally, his plaudits.

Regards