Sólo los genios del pensamiento merecen espacios en el Universo Literario.
Allá por los años dos mil había un escritor que estaba hecho con palabras, pero una noche las perdió todas. Con pasos de esperanza, salía cada tarde en busca de sí mismo.
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Después de varios días sin comer ni dormir, encontró la mochila con las palabras perdidas. Se olvidó de él. Sus escritos llegaron al mundo, y despertaron tantos sentimientos entre los lectores, que todos los planetas acordaron honrarle con justicia. Reservaron para su obra un emplazamiento exclusivo, con dominio en las civilizaciones galácticas, y decidieron que el lugar se llamara como él.
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Gracias a ese merecido reconocimiento, el escritor hecho con palabras no se ha borrado, ni se lo ha llevado el viento. Permanece vivo a fecha de hoy, un día cualquiera de Dos mil quinientos veinticinco.
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(*) Este "micro" es síntesis de un relato largo (625 palabras). El Genio de este Universo tiene nombre y apellidos. Su identidad será desvelada en este blog, cuando se publique la versión original, con el mismo título. Para eso sólo faltan... unos días. En esa entrada los lectores podrán dedicar sus comentarios al protagonista de la historia.
