viernes, 15 de diciembre de 2017

INDUMENTARIA Y JOYERÍA BARRAQUEÑA (1620-1960). Un libro de José Antonio Somoza Arribas

Un libro que identifica y distingue a los barraqueños.
A punto de acabar este año 2017, recordamos la presentación del libro INDUMENTARIA Y JOYERÍA BARRAQUEÑA (1620 – 1960), de José Antonio Somoza Arribas. Tanto el autor como la obra  merecen una reseña del acto celebrado el día 27 de mayo, en el salón de sesiones del Ayuntamiento de El Barraco.  

            Cada libro de José Antonio Somoza Arribas hace que los barraqueños  profundicemos, de modo ostensible, en el pasado que sustenta sus raíces. Él, con su sabiduría de Maestro, muestra los cimientos donde construimos el presente, a partir de un forjado de costumbres y culturas transmitidas en el tiempo. Para llegar hasta ahí ha tenido que frecuentar archivos, museos y hemerotecas, interpretar crónicas y acomodarlas en su época. Una labor importante que sus paisanos debemos reconocerle y agradecer con generosidad. Gracias a tanto esmero, podemos presumir de un pueblo enriquecido con el conocimiento de huellas que nos identifican,  rescatadas del silencio y de la oscuridad con dedicación y rigor. 

            Si no es fácil imaginar cómo sería nuestro entorno próximo hace cuatro siglos, más difícil resultará acercar, con fundamentos contrastados, evidencias de la Historia de El Barraco. José Antonio Somoza está reuniendo en una obra encomiable valiosos hallazgos hasta ahora desconocidos, difuminados en los anales de la tradición. Sus libros, escritos con un lenguaje llano y claro, sin ambages, animan a reflexionar sobre esa inquietud permanente que alimenta el ser humano: “Quién soy y de dónde vengo”. Así nos ha mostrado, entre otras materias, las imágenes de varias generaciones del lugar; detalles sobre las cofradías, su razón de ser como destinatarias y portadoras de devociones y creencias religiosas; la presencia del apellido Somoza, sus progenitores y ascendientes; el objeto y las propiedades de la Sociedad Monte Encinar y lo que supone en la vida económica y social de los lugareños; las causas y significados del callejero local, trayectorias y domicilios relevantes… Es un acervo recogido en ocho volúmenes que determina la idiosincrasia de las gentes de nuestra villa.

            Con este, al que hoy nos dedicamos: LA INDUMENTARIA Y JOYERÍA BARRAQUEÑA (1620-1960), el autor nos instruye sobre el atuendo de quienes nos precedieron desde el siglo XVII  hasta la segunda mitad del siglo XX. No solo se detiene en las formas y los colores de las prendas de vestir y calzar, pues con el mismo acierto presta un merecido cuidado a las características de los paños, recreándose en la lana y los linos autóctonos, desde el esquileo y el cultivo hasta la confección final. Y si fuese poco, analiza igualmente la etiqueta de cueros y otros tejidos del exterior, más apreciados por su finura y elegancia. De igual manera, en el apartado que dedica a las joyas diserta sobre sus diseños y las procedencias de los materiales con que están hechas y engastadas.

Ya en la introducción, José Antonio Somoza desvela cómo, en el siglo XVI, los más atraídos por la moda gastaban lo que no tenían en ropas y abalorios para lucirse. A partir de ahí, va desgranando, con eficacia docente, todo sobre la vestimenta usada en El Barraco hasta 1960. Desarrolla el cómo, el cuándo y el porqué de cada pieza y sus complementos. No solo orienta su análisis a las galas más vistosas, como pudieran ser el traje de rabo o el de manteo; también borda, con palabras bien hiladas, cómo vestían las mujeres para hacer las tareas del hogar,  o los atavíos de los hombres cuando se ocupaban de la agricultura o el pastoreo, incluyendo chambras y enaguas, boinas y abarcas. Pero no queda ahí el punto final de este plausible estudio; asimismo, igual que cuando se refiere a los peinados femeninos y sus alhajas, explica con detalle qué indumentaria se llevaba en los distintos acontecimientos de la vida: nacimiento, bautizo, primera comunión; incluso para expresar un estado amoroso o civil, para entrar en quinta, para casarse o para el enterramiento.

            Este tomo aglutina un cúmulo de conocimientos imprescindibles para el público en general, especialmente para los barraqueños; no en vano armoniza un entramado de interés supremo y de obligada lectura. Los textos están ilustrados con fotos de trajes, aderezos y calzados, femeninos y masculinos, que llenan este escaparate de belleza propia y clarificadora. A la vez nos invita a ampliar peculiaridades de los temas abordados, valiéndonos de las fuentes bibliográficas que cita en cada capítulo.

En esta breve reseña es difícil constatar con justa fidelidad la riqueza con que se visten las páginas de esta obra.  No obstante, me permito asegurar que el lector va a disfrutar con el obsequio de una esencia cultural tácita, que permite conocer mejor los aspectos existenciales de nuestros ancestros, extrapolados hasta la actualidad. Estos ingredientes, técnicos y emocionales, completan un tratado que nos lleva más allá de la Indumentaria y la Joyería Barraqueña, en el espacio temporal anunciado.
           
              LA INDUMENTARIA Y JOYERÍA BARRAQUEÑA (1620-1960) no es un libro más, adornado con instantáneas y datos primigenios y curiosos;  es un conjunto de saberes que, aparte de lo dicho, contribuyen con sus contenidos a identificarnos y a distinguirnos del resto de los núcleos urbanos peninsulares y provinciales.

Como barraqueño agradezco con satisfacción el excelente trabajo de José Antonio Somoza Arribas, agradecimiento que hago extensivo al Excmo. Ayuntamiento de la Villa, patrocinador de estas recopilaciones históricas que nos permiten atesorar información sobre nuestros orígenes y conocernos un poco más a nosotros mismos.

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