jueves, 24 de febrero de 2011

OPRESIÓN

La sombra de la noche: desierta, negra, sin cuentos.



Las calles están vacías

en este mundo desierto,

sin caprichos ni bondades,

todo lleno de lamentos.


Los ayes que al viento escapan,

pregoneros del infierno,

nos anuncian por doquier

que si dices que hacen preso;

preso sin voz y sin voto

a fuer del poder infecto,

ese que tiene la hartura

de las miserias del pueblo:

el hambre y el malquerer

de tantos padres sin sueldo

y olvidos y desamores

de los que no tienen techo.


Aquí termina mi trova

sin temor a tales pleitos,

aún siendo que por hablar

me hagan silente esos necios

en la sombra de la noche:

desierta, negra, sin cuentos.

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