domingo, 15 de noviembre de 2015

LA TASCA DE LOS ADVERSARIOS





El pasado 13 de noviembre tuve el honor de presentar LA TASCA DE LOS ADVERSARIOS (Ed. Atlantis), del escritor abulense Javier Asenjo Rivas. El acto tuvo lugar en la Biblioteca Pública Municipal de Ávila. El salón se llenó de un público entrañable y generoso que confirió al evento un gran éxito; no solo de asistencia, también de ventas.. 

El autor, del que se hablará mucho y bien en el mundo de las letras, disertó sobre la temática y estructura de la novela, además de complacer al auditorio con las preguntas que le hicieron en un animado coloquio.
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EXTRACTO DEL TEXTO DE PRESENTACIÓN. 

“¿Quién es Javier Asenjo?”, pregunté en la editorial Atlantis cuando me pidieron que interviniera en este acto. Era lógico, no nos conocíamos. Lo normal es que los presentadores y el autor sean amigos. Así, por el afecto cultivado entre ellos, siempre oímos hablar bien del producto editorial y de quien lo firma. Confieso que en nuestro caso la química amistosa no influye en mí. Lo que diga de Javier y de su Tasca es el efecto limpio y libre de lo que he descubierto de él, y de lo que me ha aportado su obra, desde la distancia y la percepción crítica, tan objetiva como sea posible en el contexto humano.

Seguro que muchos amigos y familiares de Javier Asenjo van a descubrir poco acierto y quizá ningún atractivo en lo que diga refiriéndome a él. Pero sí que estoy convencido de que a muchos les gustará saber que Javier es un joven escritor abulense, que cultiva todos los géneros literarios: cuento, novela, poesía… Ha sido premiado en el concurso “Jóvenes Creadores”, por su fábula Yema Yerma y por el poema El sello de las piedras. También ha sido
 publicado su relato el Letargo de Jorge (todos identificarán al protagonista de esta pieza cuando lean el volumen que hoy pregonamos). Su carta A la sirena que me abrazó, otra creación de Javier, llena de originalidad, ha merecido, como las anteriores, el alojamiento cálido del papel y la letra impresa. Pronto nos sorprenderá con otros proyectos literarios, ahora en preparación; entre ellos, su segunda novela, La orden. Además de todo eso, sin quitar tiempo a sus obligaciones laborales, promociona nuestra capital, Ávila, su ciudad natal, con la revista bimensual La pluma y la espada.

Este es Javier Asenjo Rivas. No tenía el gusto de conocerlo personalmente, como ya

he dicho, pero he descubierto con alegría que estamos hermanados por nuestra pertenencia a la Asociación de Novelistas “La sombra del ciprés”. (...).

Por encima de todo, Javier Asenjo es hoy, para nosotros, el brillante autor de La tasca de los adversarios. Por él y por este libro suyo, celebramos la fiesta de presentación el pasado 13 de noviembre, en la Biblioteca Pública Municipal de Ávila. Bueno sería que dentro de unos meses volviéramos a reunirnos para que cada cual exprese su opinión sobre el contenido, extraordinario y original, que envuelve el citado título, cuya lectura recomiendo, convencido de que les va a gustar.

Sin desvelar detalles categóricos ni deslustrar las vívidas imágenes con que nos obsequia el autor, sí voy a decir que La tasca de los adversarios es una obra con estructura circular. El conflicto surge en las primeras páginas. La acción no da tregua, y los personajes principales, bien definidos psicológicamente, implican al lector en sus luchas y desmayos, gracias a recursos eficaces, propios de grandes narradores. Javier lo es: más allá del ejercicio de contar, desvela la virtud de mostrar. Y lo hace con símiles y metáforas de situación que se fijan, sin ambages, en la sensibilidad de quien lee. De ese modo, nos va llevando a través de distintos tiempos narrativos y diferentes voces, pero con un solo aliento, por sucesos donde conviven cualidades encontradas: la debilidad y la fuerza, la violencia y la ternura, el miedo y la valentía, la crueldad y la compasión… Esta contraposición de sentimientos, citada con la frialdad de la palabra desnuda, puede quedar como una pintura deslucida. No será así cuando entren ustedes en la trama y sigan los pasos, las venturas y desventuras que los personajes afrontan en cada trance.


El autor nos lleva hasta esas percepciones, unas veces valiéndose de un interviniente activo que sufre y se alegra, describiendo en tercera persona; otras, el mismo pálpito se torna en el fluir de un cronista dotado de omnisciencia, y en ocasiones se dirige al lector, directamente. De manera tan singular e intensa, mantiene la ansiedad que produce la quimera, la incertidumbre de qué pasará. Todo ello está expresado con un estilo sobrio, pero rico en figuras y vocabulario, y con un realismo que duele, se ve, se oye, se palpa… Eso propicia que nos impacten las incursiones del protagonista, entre los personajes afines y discrepantes. El final, impredecible, como debe ser, mantiene en todo momento el misterio; y luego, en el instante justo, se resuelve con determinación y de forma coherente. Aparte de los atractivos literarios y de creatividad que tiene la novela, Javier ha conseguido que atesore también una calidad técnica encomiable. 

Llegado a este punto la intervención del presentador de La tasca de los adversarios debería concluir. Pero Javier Asenjo y el buen trabajo que ha hecho merecen ir un poco más allá. Cuando menos, hasta donde nos llevan los latidos sugerentes de esta composición. Además de una historia bien urdida, vamos a encontrar caminos cuyos destinos nos harán pensar sobre lo que somos y conocemos de nuestro ser, o lo que nunca seremos y creíamos que éramos. Igual que algún habitante de estas páginas, nos veremos en el espejo que nos separa de nuestro otro yo, convenciéndonos de contradicciones propias increíbles y de capacidades escondidas, insospechadas.

Entre los muchos y sutiles aforismos que van y vienen por estos ambientes de ficción, no tan ficticios, me quedo con uno que, quizá sin ser el más profundo, me ha llamado la atención: “La amistad leal olvida cualquier falta en la vida de un amigo”. ¡Sorprendente! Con la misma aptitud nos invita a librarnos de prisas y pantallas, a salir de lugares que frecuentamos y a poner nuestra mirada en nosotros mismos. Es, sin duda, una práctica eficaz para encontrar el desaliento y, así, ahuyentarlo.

Estas han sido las percepciones que han quedado en mí, después de entrar y salir de la Tasca, donde tanto he aprendido y disfrutado, a pesar de la Adversidad que en ella abunda.

Después de lo dicho, tras leer la Tasca de Javier, La tasca de los adversarios, he conocido de él su eficacia como buen escritor, y me ha queda la sensación de ser ya, por lo menos, un poco amigos.


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