jueves, 31 de mayo de 2018

LO DEMÁS ES COSA VANA

Novela histórica del autor abulense Cristóbal Medina, presidente de la Asociación de Novelistas “La Sombra del Ciprés”. 
El pasado día 28 de mayo abrió el club de lectura “Ávila, ciudad que lee”.  El acto tuvo lugar en la capital abulense, en el Episcopio. Allí quedó demostrado el gran éxito de la obra entre los lectores, que mantuvieron con el autor un coloquio abierto y rico en saber y materia narrativa, en relación con el contenido de la trama. 
La sala, abarrotada.
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LO DEMÁS ES COSA VANA (631 páginas. Chiado Editorial) reúne todos los requisitos de la buena literatura. Por eso, entre otras virtudes, el libro atrapa desde el principio al lector. Su estructura es cronológica, la acción avanza basándose en hechos precedentes que, a su vez, son consecuencia de exposiciones que anteceden.

Ambientada en el siglo XVI, el narrador, omnisciente en tercera persona, nos muestra la vida, el mundo, de aquella época. Las etapas y  singladuras desde Ávila hasta América, pasando por la Mancha y Andalucía, no podían acabar sin hacernos partícipes de la conquista de las Indias, algo lejano pero próximo y familiar para los españoles.

El suspense surge en los primeros párrafos, gracias a una acción trepidante, sin tregua, y gracias también a un entramado lleno de perspectivas que generan nuevos problemas, dudas y necesidades. Todas coherentes. Al margen del léxico que exige la época, —por cierto, un léxico erudito que demuestra la cultura del autor— el texto está escrito con naturalidad y concreción. Las acciones no se cuentan, se evidencian. El contenido es intenso. A través de las extraordinarias descripciones físicas de los personajes, lugares y situaciones, el lector ve, oye, palpa. En muchos capítulos nos recuerda los estilos de Ken Follett e Ildefonso Falcones.  

Después de este breve comentario sobre la construcción y emplazamiento del conflicto, no podemos obviar aquello que proporciona emoción al relato. Desde mi punto de vista, y creo que así debe ser en toda obra de ficción impregnada de realismo, aquí juegan un papel importante la presentación de los personajes y su intervención en la historia.  

De una nómina de casi cien intérpretes voy a referirme a  los personajes principales: Bartolomé, Martín, Inés, Rodrigo, Gonzalo, Sol, María, los matrimonios Dávila y Del Castillo… Están identificados magistralmente. Tal es así, que, con los gestos, los diálogos y los movimientos representados, transmiten al lector sus intenciones y sentimientos. Son tan vivos esos detalles y están tan bien plasmados, que quien lee se mete en la vida de los protagonistas: camina sobre sus huellas, sufre sus fracasos y se alegra cuando superan la adversidad; en muchas ocasiones hasta piensa por ellos y los echa de menos cuando, en América, ya avanzada la trama, ceden presencia a los autores de los encuentros bélicos en las distintas conquistas. Cuando surge esta empatía, no cabe duda de que estamos ante una obra de premio. Esta lo es.  

Cristóbal Medina nos deja claro que su obra es una novela histórica, no historia novelada. No importa. Personalmente, he sentido la necesidad de apoyarme en la ficción que él narra para llegar a  la realidad del siglo XVI en todos sus aspectos: políticos, sociales, arquitectónicos, costumbristas, etc.

Nos regala lecciones profundas en materia filosófica, aparte de las moralejas de los cuentos de Martín. Por poner un ejemplo,  citaré las siguientes frases del narrador: «Necesitamos cocernos en asuntos de la vida», «El valiente no debe sacudirse el miedo, sino enfrentarse a él», «Matar es de cobardes. Reprimir la necesidad de dar muerte es una muestra de valentía indiscutible». Nos descubre, en otras secuencias, hasta dónde es capaz de llegar el ser humano en el desprecio a la propia vida. En multitud de pasajes expresa de forma encomiable las relaciones personales desde el amor, en unos casos, y desde el odio, en otros. Esos discursos son muestras, dentro de la creación literaria, que dan luz y fortaleza al pensamiento de quien lucha por un ideal.  

En cuanto al vocabulario, he de expresar mi gratitud por el enriquecimiento que ha obrado en mí la jerga utilizada. Ya sé que a muchos lectores les cansa encontrarse con significantes cuyos significados desconocen. Para mí, en este caso, ha sido un añadido a las excelencias de esta novela, aunque haya tenido que usar el diccionario en varias ocasiones. Así he podido aliviar mi incultura conociendo el uso de la preposición cabe, o qué es un alarife, una tenería, un menestral, un bohío, el matalotaje... por citar solo una parte mínima de algunas voces que no usamos, pero existen.  

Esta novela no solo me ha gustado, me ha marcado. Me ha marcado tanto, que hasta ha suscitado en mí una pena grande. Sí, una pena, porque la presencia de un trabajo como este no debería quedar limitada a las estanterías de los familiares y amigos. Sé que es una utopía, pero se me antoja imprescindible la existencia de una plataforma especializada, del tipo que sea, capaz de llevar más allá algo tan bien estructurado y con tantos valores literarios y culturales.

Sobra decir que me ha sabido a poco, por eso me permito sugerir al autor: 1º) – La composición de una trilogía. La  segunda parte podría tratar de cómo es la vida, qué piensa la familia de Bartolomé, al saber que este no se quedó en Toledo, como estaba previsto; y qué sienten los padres de Inés, tras desaparecer de casa sin despedirse. La tercera parte recogería la continuación del epílogo de esta primera: Bartolomé se encuentra en Segovia con Inés/Rodrigo para abrir otra puerta a una gesta nueva que, seguro, la borda, como esta que hemos leído. 2º) – Reunir los cuentos que improvisa Martín en un volumen único. Los contenidos de las narraciones tienen calidades dignas de una separata atractiva. Y 3º) – Están tan bien descritos los lugares que narra de Ávila y sus alrededores, que seguro tendría mucho éxito un paseo guiado por esos escenarios. Nos haría revivir una vez más la carga emotiva de esta novela y despertaría nuevos sentimientos a partir de los personajes que los ocuparon.

Y nada más, porque LO DEMÁS ES COSA VANA.
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4 comentarios:

Cristóbal Medina dijo...

Muchas gracias por decir en público lo que piensas de mi novela, Alejandro. Cuando uno emprende un trabajo literario, espera que al otro lado haya alguien a quien pueda gustarle, cerrando el círculo que retroalimenta al autor y le anima a seguir. Que ya es mucho, ya que el panorama editorial español no facilita que los autores desconocidos lleguemos muy lejos. He tenido la suerte de que mi novela "Lo demás es cosa vana" haya gustado a todos los lectores que me han dado su opinión. Eso siempre me emociona, pero, en tu caso, conociendo tu formación y tu obra literaria, valoro en mucho que te hayas expresado en estos términos. Un fuerte abrazo, amigo.

Alejandro Pérez García dijo...

Lo que dije en público, querido Cristóbal, igual que el contenido de esta entrada, es lo que me aportó la lectura de tu novela. Podría decir mucho más, y te lo diré cualquier día que coincidamos en nuestra Ávila tomándonos un café. Lo que he dicho y escrito de tu libro no es un mero cumplido para halagar a un amigo, como alguien puede suponer. No. Empecé a leerla días antes de que tuviera lugar la primera sesión del Club de Lectura. Pura coincidencia. En los primeros párrafos quedé atrapado por las excelencias que comenté en el coloquio y relato en esta reseña. Empecé a tomar notas: resúmenes de cada capítulo, detalles técnicos, personajes y vocabulario, donde anotaba las palabras que desconocía y sus significados tras buscarlos en el diccionario. Esas tareas fueron apasionándome a medida que avanzaba la lectura. Me impactó su calidad y me apeteció compartir las sensaciones que me impresionaron. Y así lo hice. Reuní mis anotaciones, superé con ilusión mis limitaciones y me fuí a Ávila. Allí comprobé que no fui el único lector que había disfrutado con tu trabajo, y comprobé también que, después del tiempo, tú, como autor, aún alimentabas la pasión, premisas y convencimientos que te llevsron a escribir esta gran novela,《Lo demás es cosa vana》, de la que seguiremos hablando porque lo merece.
Un abrazo grande.

Romina Albanesi dijo...

Hola, Ale. Ya te sigo! Te invito a mi blog: rominaalbanesi.blogspot.com.ar.

Alejandro Pérez García dijo...

Yo ambién te sigo, Romina. Un placer. Abrazos.