Un libro que identifica y distingue a los barraqueños. |
A punto de acabar este año 2017, recordamos la presentación del libro INDUMENTARIA Y JOYERÍA BARRAQUEÑA (1620 – 1960), de José
Antonio Somoza Arribas. Tanto el autor como la obra merecen una reseña del
acto celebrado el día 27 de mayo, en el salón de sesiones del Ayuntamiento
de El Barraco.
Cada
libro de José Antonio Somoza Arribas hace que los barraqueños profundicemos, de modo ostensible, en el
pasado que sustenta sus raíces. Él, con su sabiduría de Maestro, muestra los
cimientos donde construimos el presente, a partir de un forjado de costumbres y
culturas transmitidas en el tiempo. Para llegar hasta ahí ha tenido que
frecuentar archivos, museos y hemerotecas, interpretar crónicas y acomodarlas
en su época. Una labor importante que sus paisanos debemos reconocerle y
agradecer con generosidad. Gracias a tanto esmero, podemos presumir de un
pueblo enriquecido con el conocimiento de huellas que nos identifican, rescatadas del silencio y de la oscuridad con
dedicación y rigor.
Si
no es fácil imaginar cómo sería nuestro entorno próximo hace cuatro siglos, más
difícil resultará acercar, con fundamentos contrastados, evidencias de la Historia de El Barraco.
José Antonio Somoza está reuniendo en una obra encomiable valiosos hallazgos
hasta ahora desconocidos, difuminados en los anales de la tradición. Sus
libros, escritos con un lenguaje llano y claro, sin ambages, animan a
reflexionar sobre esa inquietud permanente que alimenta el ser humano: “Quién
soy y de dónde vengo”. Así nos ha mostrado, entre otras materias, las imágenes
de varias generaciones del lugar; detalles sobre las cofradías, su razón de ser
como destinatarias y portadoras de devociones y creencias religiosas; la
presencia del apellido Somoza, sus progenitores y ascendientes; el objeto y las
propiedades de la
Sociedad Monte Encinar y lo que supone en la vida económica y
social de los lugareños; las causas y significados del callejero local,
trayectorias y domicilios relevantes… Es un acervo recogido en ocho volúmenes
que determina la idiosincrasia de las gentes de nuestra villa.
Con
este, al que hoy nos dedicamos: LA INDUMENTARIA Y JOYERÍA BARRAQUEÑA (1620-1960), el
autor nos instruye sobre el atuendo de quienes nos precedieron desde el siglo
XVII hasta la segunda mitad del siglo
XX. No solo se detiene en las formas y los colores de las prendas de vestir y
calzar, pues con el mismo acierto presta un merecido cuidado a las
características de los paños, recreándose en la lana y los linos autóctonos,
desde el esquileo y el cultivo hasta la confección final. Y si fuese poco,
analiza igualmente la etiqueta de cueros y otros tejidos del exterior, más
apreciados por su finura y elegancia. De igual manera, en el apartado que
dedica a las joyas diserta sobre sus diseños y las procedencias de los
materiales con que están hechas y engastadas.
Ya en la
introducción, José Antonio Somoza desvela cómo, en el siglo XVI, los más
atraídos por la moda gastaban lo que no tenían en ropas y abalorios para
lucirse. A partir de ahí, va desgranando, con eficacia docente, todo sobre la
vestimenta usada en El Barraco hasta 1960. Desarrolla el cómo, el cuándo y el
porqué de cada pieza y sus complementos. No solo orienta su análisis a las
galas más vistosas, como pudieran ser el traje de rabo o el de manteo; también
borda, con palabras bien hiladas, cómo vestían las mujeres para hacer las
tareas del hogar, o los atavíos de los
hombres cuando se ocupaban de la agricultura o el pastoreo, incluyendo chambras
y enaguas, boinas y abarcas. Pero no queda ahí el punto final de este plausible
estudio; asimismo, igual que cuando se refiere a los peinados femeninos y sus
alhajas, explica con detalle qué indumentaria se llevaba en los distintos
acontecimientos de la vida: nacimiento, bautizo, primera comunión; incluso para
expresar un estado amoroso o civil, para entrar en quinta, para casarse o para
el enterramiento.
Este
tomo aglutina un cúmulo de conocimientos imprescindibles para el público en
general, especialmente para los barraqueños; no en vano armoniza un entramado
de interés supremo y de obligada lectura. Los textos están ilustrados con fotos
de trajes, aderezos y calzados, femeninos y masculinos, que llenan este
escaparate de belleza propia y clarificadora. A la vez nos invita a ampliar
peculiaridades de los temas abordados, valiéndonos de las fuentes
bibliográficas que cita en cada capítulo.
En esta breve reseña
es difícil constatar con justa fidelidad la riqueza con que se visten las
páginas de esta obra. No obstante, me
permito asegurar que el lector va a disfrutar con el obsequio de una esencia
cultural tácita, que permite conocer mejor los aspectos existenciales de
nuestros ancestros, extrapolados hasta la actualidad. Estos ingredientes,
técnicos y emocionales, completan un tratado que nos lleva más allá de la Indumentaria y la Joyería Barraqueña ,
en el espacio temporal anunciado.
Como barraqueño agradezco con
satisfacción el excelente trabajo de José Antonio Somoza Arribas, agradecimiento
que hago extensivo al Excmo. Ayuntamiento de la Villa , patrocinador de estas
recopilaciones históricas que nos permiten atesorar información sobre nuestros
orígenes y conocernos un poco más a nosotros mismos.
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