lunes, 9 de noviembre de 2020

JÓVENES JUSTICIEROS

 

 JÓVENES JUSTICIEROS
(Ed. CÍRCULO ROJO. 2019)
Una novela realista llena de fantasía, de
CARLOS DEL SOLO.

El año pasado, atendiendo la petición de Cruz Roja Española, asamblea local de El Barraco, presenté JÓVENES JUSTICIEROS en dicha localidad. Mi pueblo. Para ello tuve que leer el libro, no sé hacerlo de otra manera. Me gustó. Acabo de releerlo, y quiero compartir las conclusiones de un análisis reposado, sin condicionantes promocionales.

El autor de la obra, Carlos del Solo, es numerario de la Asociación de Novelistas «La Sombra del Ciprés» y, como voluntario de Cruz Roja en Ávila, dirige un taller literario. Se distingue por su dedicación a la escritura creativa, con óptimos resultados de calidad. Además de esta obra que hoy comento, ha publicado con anterioridad «El Cid Campeador. Simplemente Rodrigo» y «Enrique IV de Castilla. El último rey medieval». Novelas históricas donde muestra su cultura y dotes artísticas, con tramas emocionantes y personajes bien identificados psicológicamente, relacionados con su época.  

JÓVENES JUSTICIEROS, es una novela o un relato —si se prefiere— de diez capítulos. Está ilustrada por el joven dibujante Juan Montávez, quien asegura que en todos los dibujos hay una mosca; esto es solo una anécdota, pero hay que explorar y encontrarla. Lo que no es necesario buscar es la originalidad, la imaginación y la sonrisa que produce cada frase.

Esas premisas realistas, de vida, de historia y de momentos presentes, surgen en conversaciones espontáneas, consecuencia de investigar sobre lo que no está bien en la ciudad. Tales situaciones son comentadas con espíritu crítico, y constructivo a la vez, por Cecilio, Pilar, Eufe, Flori, Marce, Pili, Isa, Juli, Nati, Feli… La conclusión y posibles soluciones que ellos proponen, constituyen los elementos con los que Carlos, valiéndose de una actitud docta y atenta, ensambla con destreza y maestría pasajes llenos de arte literario. Un arte que convierte a esos personajes de carne y hueso en actores de ficción, capaces de llevarnos a situaciones sorprendentes, atractivas y tintadas de humor.

Estas narraciones, transmitidas con un lenguaje sencillo, asequible para todos los públicos, de 9 a 99 años dice el autor, suscitan siempre el aplauso en quien lee, pues estimula los ánimos ante el propósito que surge entre los personajes para acabar con los malhechores de la ciudad, valiéndose de pócimas y apariencias medievales. Bien mirado, es un ejemplo que todos podríamos seguir para convertir nuestro entorno en un lugar más confortable y seductor.

JÓVENES JUSTICIEROS, de Carlos del Solo, es una obra fantástica, construida con un material envuelto en ficción, pero verosímil e inteligible para quien quiera gozar de historias que nacen, crecen y terminan como no fue, pero pudo haber sido.

Los detalles citados invitan a analizar con detenimiento esta obra especial. En ese análisis, que me ha deleitado de forma insólita, he podido comprobar que su universo intelectual es lo suficientemente atractivo como para no perderse nada de lo que en él se expone. A quienes gustan de las técnicas narrativas debo decirles que sus textos impactan, crean la necesidad de seguir leyendo, sin perderse una línea ni un concepto hasta el desenlace. Este siempre sorprende, sin perder la coherencia con la exposición y el nudo.

Otra exquisitez importante que da categoría a JÓVENES JUSTICIEROS es que aporta con claridad las respuestas al cuestionario de la brillantez que requiere la narrativa de calidad: ¿Quién es el protagonista? ¿Qué ocurre? ¿Por qué? ¿Dónde, cómo y cuándo suceden los hechos? A estas excelencias se unen la peculiaridad argumental, la concreción explicativa, el uso de verbos con movimiento y las descripciones imprescindibles, solo las justas, para no alterar el ritmo.

Este libro es todo sustancia, con elocuencias que determinan lo bien que escribe Carlos del Solo. Valiéndose de recursos efectivos, construye fabulaciones capaces de conseguir que el lector se identifique, como un justiciero más, con los intérpretes de la acción; una acción cimentada en el devenir cotidiano, ambientado en medios urbanos próximos, ¡de Ávila, sin ir más lejos!, ungidos con colores de belleza y emoción, propios de una Literatura digna de nota sobresaliente. Leedlo, os va a gustar.

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5 comentarios:

© Moisés González Escritor dijo...

Fantástica reseña, Alejandro. Invita a perderse entre las páginas de esas historias que, aunque el autor nos las presenten como ficción, tal vez no sean sino la recreación mágica de la realidad cotidiana de esos jóvenes justicieros.

Alejandro Pérez García dijo...

Cierto, Moisés. Es como dices. Se nota que también has leído el libro. Merece la pena. Gracias, amigo. Un fuerte abrazo.

Alejandro Pérez García dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Recomenzar dijo...

Intimamente profundo
te leo y mi imaginación vuela
hasta que entiendo tus plabras

Alejandro Pérez García dijo...

Gracias, Recomenzar. Yo también te leo y me emocionas, Un abrazo