El pasado sábado, 18 de junio, presentamos en la Casa de Castilla-La Mancha este libro de relatos que atrapan al lector desde la primera frase, despertando la curiosidad a través de intrigas que se acarician con fruición hasta el final. Cada trama se sustenta sobre sólidos cimientos de ficción: compendio de tensión e intensidad, gracias a la actividad ejercida frente al conflicto, causando una evolución racional en el protagonista.
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Conocemos a Mari Carmen desde 2009. En diciembre de ese año nos daba la
bienvenida en su bitácora, bajo los auspicios de Escritores en Red. Vino desde
Portugalete para demostrar que es posible escribir bien y llegar lejos en este
difícil mundo de la
Literatura , a veces inhóspito. Pronto vimos en ella la
riqueza de su discurrir. Con un pensar delicado y una comunicación abierta y
afectuosa, consiguió inscribirnos como firmes seguidores de su blog. Esa fue su
credencial de escritora.
Su obra es fecunda. Tanto lo publicado en
redes sociales como en papel merece etiqueta de calidad distinguida. Entre muchas, solo citaré algunas antologías
donde aparece: Maratón de escritores,
Gigantes de Líliput y Pequeños gigantes, las tres con el sello de
Netwriters. También está presente, además de en nuestra Asociación Marqués de
Bradomín, en: A este lado del espejo, La
nevera y en Aste Nagusia; esta
última de reciente aparición que
incluye su relato El reflejo, seleccionado,
con pocos más, entre 143 autores participantes.
Aparte de estas muestras, mínimas, de su
producción literaria, nos deleitó en 2012 con su primer libro en solitario:
Patchwork, miscelánea de micros y poemas, publicado por Editorial Atlantis, en
la colección de Netwriters, que dirige nuestro mentor Emilio Porta. Con aquel
volumen nos dejó embelesados. Con este que hoy pregonamos, EN EL SILENCIO DE LOS PUNTOS
SUSPENSIVOS, os va a sorprender. A mí me ha cautivado, en un principio
solo pretendía documentarme sobre algunos aspectos generales, y acabé
leyéndolo, desde el principio hasta el final, en el insomnio de dos siestas.
Recoge 148 relatos, breves y micros, clasificados en seis capítulos que la autora subtitula con los interrogantes ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Cuándo?, ¿Cómo?, ¿Dónde? y ¿Quién? Las respuestas surgen línea tras línea, a la vez que profundiza en el comportamiento del ser humano. Cada pieza de este libro goza de la calificación sobresaliente que el lector exige siempre a la mejor literatura. Siendo Mari Carmen Azkona una innovadora en la originalidad de cada historia, sus trabajos cumplen todos los requisitos de la escuela clásica; no por eso, por tradicional, menos docta que las tendencias de vanguardia.
Así, con ese registro, sus textos atrapan al
lector desde la primera frase, despertando la curiosidad a través de intrigas
que se acarician con fruición hasta el final. Cada trama se sustenta sobre
sólidos cimientos de ficción: compendio de tensión e intensidad, gracias a la
actividad ejercida frente al conflicto, causando una evolución racional en el
protagonista, que seduce al lector. Es la empatía que crea Mari Carmen, de forma admirable, con la interacción de los
sentimientos.
Eso lo consuma con maestría, pues maestría
requiere el logro de mostrar y no contar, objetivo primordial en composiciones
breves, donde habla el silencio con un eco suspensivo, pero explícito y
continuo. Nada mejor dicho acerca del título por el que hoy brindamos. Nuestra
autora llega a horizontes tan altos con soltura, con facilidad; pero ya sabemos
que en este arte, lo fácil requiere muchos esfuerzos.
Ella lo resuelve con un estilo directo,
natural, de significados concretos; con un tono acorde con cada situación;
caracterizando a los personajes con gestos eficaces, tanto en lo que se refiere
a sus apariencias físicas como psicológicas; ambientando los escenarios con un
mobiliario de ilusión, donde nada sobra ni falta. Con ese panorama bien ordenado, con la
perspectiva de un punto de vista oportuno y un fluir acompasado, nos lleva a
desenlaces coherentes, abiertos o abrochados, consecuencia de cuanto antecede.
Esa elaboración produce efectos más allá de los significantes narrados.
Pero eso es solo la técnica, instrumento del que
se sirve Mari Carmen para perfilar
argumentos y poner en marcha sus dotes literarias, sustanciales, dentro del
continente ya definido. A partir de ahí queda lo más complejo y esencial, lo
verdaderamente creativo, lo que no se estudia, lo que nadie le ha enseñado,
pero ella lo ha aprendido a fuerza de
mirar, ver, escuchar y palpar la vida: la propia, la cercana y la
imaginada. Luego, como narradora experimentada que es, nos ofrece un conjunto
de confabulaciones atractivas, memorables.
Este libro, EN EL SILENCIO DE LOS PUNTOS
SUSPENSIVOS, atesora la gran
riqueza que le otorga una temática diversa y los cuidados selectivos que hay en
su exposición. Predomina el universo onírico, que recoge vivencias llenas de
fantasía, sin apartarse de la existencia cierta, palpitante. Con personajes mitológicos
y bíblicos nos ofrece, entre la quimera y lo tangible, episodios vitales
capaces de atraer, incluso, a quien nunca sueña. Estos relatos de Mari Carmen son como espejos que
reflejan nuestro ser, lo distorsionan y nos ponen ante conclusiones jamás
evocadas.
También hay en sus páginas optimismo y
esperanza. Presenta a Martín, un negrito que vivía en su paraíso sin
distinguirse de los blancos… Así nos revela cómo Martin Luther King levanta un
puente que comunica un antes olvidado con un presente y un futuro en libertad.
Con la misma singularidad, sirviéndose de Mario nos invita a amar lo que somos,
optando por enfrentarnos a la muerte para sentirnos vivos. Son solo ejemplos de
las excelencias de esta obra. Una obra abundante en metáforas descriptivas y en
paradojas definitorias, que nos alertan de los cambios que experimentamos con
el tiempo; de las posibilidades que tiene nuestra mente para acariciar y
disfrutar una melodía que no podemos oír; o para saber prescindir de lo que más
nos gusta y alimentar luego nuestros anhelos con el recuerdo de lo que tuvimos.
Son pasajes henchidos de matices emocionales, de sentimientos transmitidos por
sus intérpretes.
Así llenaría muchos folios, pero tengo que
terminar. No obstante, permitidme desvelar dos exquisiteces más. En este libro Mari Carmen hace gala de una literatura
de degustación con una variedad abundante de sabores. Con algo tan etéreo como
una idea, una creencia, una percepción, es capaz de crear ambientes y
situaciones sublimes, con tal versatilidad que el lector puede pintar el paisaje a su antojo para inventarse a sí mismo en
cada fragmento.
EN EL SILENCIO DE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS es una obra de
importancia capital: la observación atenta de sus contenidos profundos puede
servirnos para tomar nota de cómo empezar y acabar una historia. Con esas
cualidades, con el aval del texto de contraportada de Emilio Porta, las
ilustraciones de Enrique Gracia Trinidad y la riqueza interior firmada por Mari Carmen Azkona, este libro va a
decir mucho a pesar de su título callado. Lo vais a disfrutar, ¡os lo aseguro!
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2 comentarios:
Me gustaría escribir un libro pero me resulta pesado el hacerlo
felicitaciones por tu hermoso blog
Agradezco tu visita a este espacio y el comentario generoso que haces de él. Aprovecho para animarte a escribir. No es difícil, solo se requiere oficio y constancia. Te deseo lo mejor.
Alejandro.
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