NO TENGAS MIEDO es un libro de Antonio
García con ilustraciones vivas de Julio Álvarez. Si cualquier publicación nos
regala un pensamiento célebre, esta despierta valentía y ofrece ayuda en cada
línea. Además está cuajada de instrucciones vitales que todos necesitamos
alguna vez en la vida. La salud es una fortuna, quizá poco preciada cuando la
disfrutamos, pero su falta nos pone al borde de la desesperación. En esta obra,
los autores, con palabras llenas de color e imágenes discursivas, consiguen
regalar al lector la llave paradisíaca del bienestar y de la confianza que a
veces se nos niega, o nos negamos nosotros mismos.
Recomiendo sin
reservas este libro, NO TENGAS MIEDO. Contiene un decálogo de instrucciones sugeridas,
imprescindibles para la carrera existencial del ser humano. Su lectura contribuye
a llegar a los mejores puertos de paz, de esperanza y de fe profesada al
destino. No es un tomo de aspiraciones docentes, pero sí es un compendio de
enseñanzas expresadas entre líneas o, si se prefiere, entre la actitud y el sentir de los
personajes, todos importantes, protagonistas de una historia que nos ahorrará
miedos y, llegado el momento, lágrimas y desolación.
Rosa y Paco, padres
de David, se relacionan como salvadores cercanos de Raúl y Lucía, padres de
Raquel. Ambos matrimonios comparten los loores y dolores consecuencias de la
enfermedad común de sus hijos.
Analizando el libro desde este contenido, recibimos una lección magistral
sobre el trato humano practicado en un entorno próximo: nunca estamos solos,
siempre hay alguien dispuesto a alejarnos del precipicio; la experiencia de
quienes nos preceden en el sufrimiento nos ayudará en nuestra lucha,
interpretada como una batalla más, que no será la última y la afrontaremos como
héroes hasta el último intento.
Es muy importante
esa conclusión, pues gracias a ella descubriremos en este mundo indiferente, de
contactos virtuales, amigos de verdad,
entregados, capaces de admirar y ayudarnos a quitar importancia a situaciones preocupantes
hasta casi martirizarnos.
Con carboncillo y
difumino o bien con gestos y descripciones precisas, Julio Álvarez y Antonio
García, Antonio García y Julio Álvarez, nos muestran unos personajes imaginados.
Estos se cuelan en nuestras mentes con intervenciones reales, capaces de
convertir una acción, a simple vista inverosímil, en un tatuaje interior
grabado con hechos creíbles y palpables, susceptibles de ver y tocar. Por otra
parte, desvelarán cómo se cumple una de las premisas necesarias en toda
narración capaz de ganarse el interés de quien lee: “Algo le pasa a alguien”.
Hay una trama y una acción de los personajes frente a un conflicto. Eso sí, se
echará de menos un desenlace. Es una incógnita, tal vez porque el final
definitivo nunca existe, pues el vislumbrado será el origen de otras cábalas,
fingidas o ciertas. Quién sabe
Gracias a una forma
directa y precisa de relatar, el texto nos ofrece una ambientación cercana, conocida por todos,
nada extraña. En esos escenarios se desarrollan acciones solidarias, y nos
sorprenderán al percibir cómo dotan de naturalidad a situaciones angustiosas,
difíciles de asumir pero superables, aunque el transcurrir de los hechos se nos
presente como una meta imposible.
NO TENGAS MIEDO está
escrito con sencillez, algo muy difícil. Tanto en enunciados como diálogos mantiene
un lenguaje y estilo directo, ágil. Así, llega al destinatario con eficacia. Los
lectores exigentes encontrarán oraciones gramaticales mejorables, y la carencia
de algunas comas en la delimitación de vocativos. Eso es admisible, importa
poco si tenemos en cuenta que los ocho capítulos del libro están estructurados
desde el punto de vista de Raquel. Raquel redacta la sinopsis antes de nacer, y
pone el punto final sin haber tenido tiempo para asistir a ninguna facultad de
Filología. ¡Doble mérito! Y un motivo más para leer este libro repleto de
excelencias y estímulos indispensables. (Puedes adquirirlo en Librería Letras, Pº. de San Roque, 12 05003 Ávila).
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2 comentarios:
Muchas gracias a Alejandro por su reseña. Quisiera decir que el lector que tenga entre sus manos No tengas Miedo experimentará una sensación de esperanza de vida. Cuando termine la última frase se quedará con ganas de más. Cuando escribí está novela tenía la intención de mostrar a los lectores que Nunca hay que perder la esperanza, la fe. Tener un hijo es la luz que cualquier pareja desea tener, pero si esa luz se hace oscura, tenebrosa nuestro castillo se hace añicos. Recibir la noticia de que tu hijo le pasa algo es terrible. Por eso he querido mostrar con hechos reales que hay luz al final del túnel. En definitiva a que nunca hay que tener miedo.
Alejandro, mi amigo, me ha permitido expresarme aquí gracias a sus hermosas palabras.
Gracias
Por favor, Antonio, no tienes nada que agradecer. Todo lo contrario, como lector agradezco cada palabra de ánimo y de luz que transmites en cada párrafo. El ser humano sentimos miedo ante lo desconocido, pero tras leer este libro extraordinario, ese temor se transforma en normalidad, en esperanza y fe, como muy bien dices. Sinceramente, creo que todos debemos leer este libro, hace mucho bien. Un abrazo grande.
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